Ah cómo ha dado de qué hablar el realty show de Televisa: La casa de los famosos.
Nominaciones, estrategias, envidias, adversidades, equipos, traiciones y maldades entre unos y otros integrantes de la casa.
Pues así está el tema político, tanto el lo estatal como en lo nacional.
Y así, hay de todo eso que menciono y lo repito: nominaciones, estrategias, envidias, adversidades, equipos, traiciones y maldades.
En la antesala de la contienda electoral del 2024, hay nominaciones. Se trata de aquellos que aspiran a un cargo de elección popular.
Si bien, las nominaciones, en este caso, son para bien y no para abandonar la casa, éstas se dan con base en estrategias de popularidad; en ver quién recibe más llamadas, o en este caso, más aceptación por parte del público (electores).
Las estrategias son para ver quién es mejor, para ello los políticos usan sus métodos: ir a territorio para ganar adeptos, después lo mediático para tener más alcance y ser aplaudidos por el respetable.
Envidias. Claro que las hay —y muchas—, y es ahí en donde viene lo demás, es decir, las adversidades, las traiciones y las maldades.
Las adversidades son normales cuando se compite por algo, no obstante, hay quienes hacen las maldades para dejar mal al enemigo. Muchas veces no se busca ser el mejor, sino demostrar quién es el peor.
Para ello traicionan y no les importa ser así, porque lo importante, al final del día, ser el elegido o bien, el nominado.
Esto implica hacerse de un equipo, de gente que se suba a ese barco y una vez que llega esa nominación establecer esquemas para también salir beneficiado.
Ya después el elegido o nominado será víctima de las traiciones.
Buscan desprestigiar al enemigo con falsas noticias, compartiendo textos calumniando y hasta hacen memes de mal gusto para que le gente se ría de ese adversario.
Esa es parte de las maldades que van de la mano con las traiciones hacia los adversarios.
Los equipos están conformados por gente que sabe que la casa de los famosos les dará algo, porque no lo hacen gratis.
Y de esa manera se comporta el político en este oficio que cada tres años se renueva y se llega a este tipo de cosas.
Y eso es la política: un reality show en el que gana el que más aguante tiene en la competencia que a veces es sucia y hasta deshonesta.
Así es la política y se pone candente cada que hay un proceso electoral, en donde la casa de los famosos se vuelve un infierno, porque para nada es el cielo.
EN CINCO PALABRAS.- No hay quien se salve.
PUNTO FINAL.- “Malbaratan lo caro para luego revender el boleto todavía más costoso”: Cirilo Stofenmacher.
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