noviembre 23, 2024
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Rogelio Rodríguez Mendoza

La corrupción no es partidista

mayo 15, 2023 | 388 vistas

Rogelio Rodríguez Mendoza.-

Desde siempre, los partidos nos han vendido la idea de que con ellos en el gobierno se acabará la corrupción.

Ha sido una promesa recurrente cada elección constitucional, ya sea para elegir presidente de la República, gobernadores o alcaldes.

Lo hicieron el PRI y el PAN en su momento cuando eran gobierno, como lo hace ahora Morena. Todos, sin excepción, han usado la misma mentira para allegarse simpatías que luego se traduzcan en votos.

La realidad de las cosas es que ninguno ha cumplido. Pero no han cumplido simplemente porque existe una verdad inobjetable: la corrupción no es un problema de partidos. Es un problema de personas, de individuos.

En ese sentido, da lo mismo que gobierne el PRI, el PAN o Morena, porque la corrupción ahí estará presente.

Lo vemos ahora con Morena. Por más que el presidente Andrés Manuel López Obrador terquee con su estribillo de que, “ya no hay corrupción en el gobierno”, o con aquel otro de, “no somos iguales”, la verdad es que la corrupción se ha exponenciado.

El espacio no alcanzaría para dar ejemplos de cómo se ha agravado el fenómeno. Las referencias existen en abundancia tanto en el ámbito municipal como en el estatal y por supuesto en el nacional.

Tan solo en Tamaulipas, están bajo investigación, por diversos delitos de corrupción, 120 exfuncionarios de la anterior administración estatal, incluyendo al mismo exgobernador Francisco García Cabeza de Vaca.

El hecho ocurre a pesar de que, en campaña primero y luego ya sentado en la gubernatura, el panista nos vendió la idea de que sus “vientos de cambio” barrerían con la corrupción que les había heredado el PRI. Hoy, a seis años de distancia, Cabeza de Vaca está huyendo y muchos de quienes fueron sus colaboradores podrían ir a prisión.

De ahí la importancia de que como ciudadanos defendamos la existencia de órganos autónomos y aplaudamos la independencia que ha mostrado, en el ámbito federal, el Poder Judicial frente a los excesos del jefe del Poder Ejecutivo.

Sin contrapesos, la corrupción se desbordará todavía más de lo que está desbordada.

Este país necesita, por ejemplo, de instancias como el INAI, que garanticen la transparencia de los entes públicos y que permitan al ciudadano, a través del ejercicio de su derecho a la información, cuidarle las manos a los gobiernos.

También es obligado que como sociedad defendamos la vida del INE, para que sigamos teniendo elecciones confiables y transparentes, porque de esa forma impediremos que la corrupción encumbre en el poder público a indeseables.

Por supuesto que debemos respaldar al Poder Judicial, cuyos ministros han mostrado verdadera valentía, autonomía e independencia, para hacer valer la Constitución y las leyes.

Es la única forma de que podamos frenar esa corrupción que, como cáncer, nos sigue desgastando socialmente. Entonces, no nos quedemos callados y cruzados de brazos frente a la terquedad del gobierno morenista por “mandar al diablo a las instituciones”.

EL RESTO

En este espacio hemos insistido en que el campo tamaulipeco es un polvorín.

Los gobiernos han despreciado durante años al sector, regateándole apoyos y con ello dejándolo en el más completo abandono.

Durante los dos últimos años los agricultores soportaron el desdén oficial, porque las condiciones del mercado internacional les permitían subsistir sin necesidad de subsidios gubernamentales.

Sin embargo, este año las condiciones son otras y los productores necesitan con urgencia del gobierno para subsistir. Si los gobiernos, sobre todo el federal, no dimensionan la situación, Tamaulipas podría enfrentar nuevamente cierres de carreteras y tomas de oficinas públicas.

Los agricultores exigen un precio de garantía para el sorgo porque el precio vigente en el mercado no les permite ni recuperar lo invertido.

ASI ANDAN LAS COSAS.

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