Como diría la frase “Ley Campoamor”: “En este mundo traidor nada es verdad ni mentira, todo depende del cristal con que se mira,” y eso quienes mejor lo saben son los políticos, sobre todo cuando logran pasar de opositores a representantes del poder.
Y el ejemplo más claro, cercano y reciente, lo es la presidenta de todas las mesas en el Congreso de Tamaulipas, Úrsula Salazar Mojica, quien, en una clara protección al titular de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, para retrasar o evitar en la medida de lo posible, comparezca ante el pleno legislativo, argumentó: “primero hay que evaluar las metas de seguridad antes de exhortar y llamar a cuentas al secretario de Seguridad Pública, Sergio Hernando Chávez García”.
Claro que es entendible la posición de la ex aspirante a la alcaldía porteña, pues hoy representa al partido en el poder, pero olvidó que hace apenas unos años, uno de los reclamos del ala opositora, de la cual formaban parte, era precisamente que funcionarios de secretarías, como seguridad pública, comparecieran y explicaran estrategias y resultados.
Pero como no es lo mismo estar dentro que afuera, hoy se esfuerza por encontrar argumentos valederos para justificar el que no sea cuestionado en su responsabilidad.
La verdad es que el ciudadano común no necesita, y creo que los diputados tampoco, saber cómo avanza el cumplimiento de metas, pues los resultados son claros, lo que demanda es conocer lo que ocurre en el norte y centro de la entidad.
Porque los actos de inseguridad se han multiplicado y por ende provocan nerviosismo entre el ciudadano de buen vivir, y obviamente en el sector productivo.
Explicaciones muy seguramente las hay, y aunque si bien es cierto que los combates a los delitos llamados de alto impacto corresponden a la Federación, también es cierto que el Estado coadyuva y participa en las estrategias diseñadas, de tal suerte que sabe, y bien que sabe, qué está sucediendo, y eso es precisamente lo que se necesita explicar para tranquilidad de los tamaulipecos.
Entonces, doña Úrsula tendría que recordar la frase que dice: una mano lava la otra, y ambas la cara… y partiendo de ello…hay que aplicarse.