diciembre 12, 2024
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José Inés Figueroa Vitela

La diferencia

junio 24, 2024 | 191 vistas

¿Qué habría pasado en el sexenio anterior en una circunstancia de temporal como la que estamos pasando ahora?

El gobernador de entonces, FRANCISCO GARCÍA CABEZA DE VACA, sus parientes y cómplices andarían buscando todo lo que se pudiera facturar, tirados al suelo, magnificando los daños e inventando otros.

Solo, para pedir recursos federales que se pudieran repartir entre ellos, acusando a la Federación de indolente, por no entregarles todo lo que se les ocurriera.

¿Qué ha pasado ahora en la transición de la crisis de la sequía al arribo de un prolongado e intenso temporal de lluvias?

Ayer, el gobernador AMÉRICO VILLARREAL ANAYA hizo una relatoría, al tenor de la celebración de la ceremonia semanal de honores a los Símbolos Patrios y del Estado, ponderando las primicias de su gobierno, alineadas con el federal, íntimamente ligadas al nuevo humanismo mexicano.

Festejar la lluvia, rescatar a quienes estuvieran en riesgo y atender los daños.

Eso que en el discurso y la convocatoria se ha llamado como la sociedad participativa y la sociedad colaborativa, explicadas de manera gráfica, a la luz de los sucesos recientes en el territorio tamaulipeco.

Entre esas cosas buenas que cada vez más suceden aquí, el galeno gobernador contextualizó la expresión del secretario de Recursos Hidráulicos RAÚL QUIROGA respecto de la sequía.

Lo que más se marcó sobre la zona conurbada del sur, hasta el punto de quedarse con cero disponibilidad del vital líquido para sus actividades domésticas ordinarias.

En un seguimiento de muchos meses, desde el año pasado, se fueron realizando las acciones necesarias para prolongar la disponibilidad del agua, con obras, gestiones y promociones, a las que correspondieron vecinos, productores, regantes de los distritos de El Mante y González, Tamaulipas.

Hasta los de Ébano, en San Luis Potosí, quienes también cedieron parte de sus caudales, para inyectar a los afluentes del sistema lagunario que abastece a la zona conurbada de sur tamaulipeco.

Ese es el más claro ejemplo de la sociedad colaborativa a la que estamos llamados a formar parte todos.

La sociedad participativa, tuvo su más grande manifestación en la convocatoria de las urnas del dos de junio -refirió el Gobernador-, cuando cientos de miles de tamaulipecos acudieron a votar.

Su mandato, en grado ampliamente mayoritario, fue por lo que representa el Humanismo Mexicano, que es bienestar y desarrollo social.

De esas convicciones, por extensión, se habrá dado la decisión del presidente en funciones, ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR y su inminente relevo, la presidenta CLAUDIA SHEINBAUM PARDO, de poner a Tamaulipas en el segundo lugar visitado, dentro de su agenda itinerante nacional conjunta, con temas que serán detonantes de la economía regional.

La convocatoria ahora es a ser resilientes, a mantener una nueva cultura del agua: ya nos dimos cuenta lo que pasa cuando no la tenemos, así que debemos administrarla correctamente, para que dure mucho tiempo.

“Es mejor que una sociedad competitiva -como se alentó por mucho tiempo-, una sociedad colaborativa, bajo la premisa de que, si te va bien a ti, es muy posible que también me vaya bien a mí”.

Rúbrica del mandatario estatal que estalló otro aplauso, como los dados a lo largo de la ceremonia para celebrar y reconocer políticas públicas, recuperación de mantos, esfuerzos compartidos y solidad social, en aprecio y coincidencia, suma y disposición.

De pasada también AMÉRICO compartió el entusiasmo por el éxito con el que se celebraron los trabajos del Congreso Mexicano del Petróleo, en Tampico.

Significado por una concurrencia y exposición, en calidad y cantidad sin precedentes, poniendo a Tamaulipas en el centro nacional, como referente de la industria energética, a la que, por añadidura, se augura un futuro más promisorio.

En la exposición aquella de QUIROGA, el prietito en el arroz fue la franja fronteriza, el río Bravo, sus afluentes y las presas que surte, a donde no llegaron los remanentes de Alberto y que, en palabras del funcionario, se agrava por la deuda de agua con el vecino país del norte.

Un tema que no se ha acabado de debatir, con el manoseo al tratado de 1944 que se hizo en tiempos de FOX Presidente, incluyendo afluentes no aforados, más las definiciones para los tiempos actuales que se hacen imperantes.

Que a Estados Unidos le corresponde un tercio del caudal del Bravo en los afluentes aforados, está perfecto, pero que esa fracción no pueda ser menos a dos mil 158 millones de metros cúbicos quinquenales, cuando las corrientes en general se han agotado, merece actualización.

Por lo demás, el tratado establece que no hay deudas acumulables más allá de dos quinquenios, que es lo que le preocupa a QUIROGA: el pago de los pendientes acumulados, mismos a borrarse, al brincar el segundo quinquenio deficitario.

Que no nos aguaden la fiesta.

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