José Inés Figueroa Vitela.-
Aunque parece lejano, el dos de junio del 2024, en que se votará para la renovación de la Presidencia de la República, las cámaras, ayuntamientos y Congreso local, en Tamaulipas, es otra la realidad.
Arrancado el proceso que desemboca en aquello, el pasado domingo, los sucesos relacionados con la jornada comicial se desencadenan uno tras otro, de manera permanente, como para ya no soltar el tema.
El mismo día que se declaró iniciado el proceso, se consumaron otras fechas y se abrieron periodos para otras tantas acciones, todas asociadas a la elección venidera.
En principio, por supuesto, se aprobó el propio calendario electoral.
Igual se abrió la convocatoria para la ciudadanía que desee participar como observadoras y observadores electorales.
Desde esa fecha, y hasta el último día del mes corriente, se abre el plazo para emitir la convocatoria, dirigida a los ciudadanos que pretendan postularse a una candidatura independiente, en la elección de diputaciones de mayoría y los cargos que integran los 43 ayuntamientos.
Igual se abrió el periodo, hasta el primero de noviembre, para preparar el Sistema de Candidatas y Candidatos, Conóceles»; hasta el 17 de diciembre, para que los partidos definan el procedimiento de selección de sus candidatos y hasta el 20 para notificar a la autoridad electoral.
También los institutos políticos tienen hasta el 23 de diciembre para hacer el registro de coaliciones o candidaturas comunes en las que vayan a competir más de uno, lo qué pasa por las aprobaciones respectivas dentro de los partidos.
El 10 de enero cierra el plazo para que la autoridad electoral dé la autorización, en su caso De las eventuales alianzas electorales.
Los aspirantes independientes ya deben andar en preparativos, pues tienen hasta el primero de diciembre para cumplir con los primeros requisitos que les impone la legislación vigente.
A saber, además los principios de elegibilidad, deben crear una asociación civil, registrarse en Hacienda, abrir cuenta bancaria y cosas así.
Del 2 al 15 se dirá quiénes cumplieron y entre el 23 de diciembre y el 21 de enero, podrán conseguir los apoyos necesarios -firma del 2 por ciento de los ciudadanos empadronados en al menos la mitad de las secciones de la jurisdicción-, para poder competir.
Mismo plazo en el que los aspirantes a las candidaturas, dentro de los partidos políticos, podrán desplegar las precampañas en los procesos internos de selección dispuestos.
Del 15 al 20 de marzo, será la entrega de solicitudes de registros de las candidaturas y del 21 de marzo al 14 de abril se dará la validación, de parte de la autoridad electoral.
Luego vendrá, ahora sí, a las campañas constitucionales, del 15 de abril al 29 de mayo. Las votaciones, decía, serán el dos de junio.
En el trayecto de todas esas fechas, existe una cantidad de otras actividades de preparación, colaboración, integración de estructuras, estrategias, materiales y equipos enfilados a la jornada comicial.
Así de las autoridades electorales, como de los partidos y de los actores políticos directamente involucrados con sus aspiraciones, simpatías y responsabilidades estructurales.
Por eso se dice que el proceso electoral ya inició y en su dinámica, no ha de detenerse hasta la elección misma de junio, con una velocidad que no admite reposo ni distracciones, de todos los interesados, que no son pocos.
En la agenda de los partidos, también los tiempos se imponen con desbordado dinamismo, para sacar su oferta electoral.
Definidas, de alguna manera, las candidaturas presidenciales de las dos principales fuerzas en pugna, igual una tras otra, se vendrán las resoluciones de manera descendente, sobre las nominaciones.
Del Senado, a la Cámara de Diputados y los Congresos Locales, así como a los ayuntamientos, alcaldes síndicos y regidores.
El tiempo apremia.