noviembre 21, 2024
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Melitón Guevara Castillo

La enseñanza del oso

octubre 31, 2024 | 49 vistas

Melitón Guevara Castillo

 

¿Qué está sucediendo en la Capital tamaulipeca? ¿Por qué el alcalde no puede gobernar al cien por ciento? ¿Por qué regidores y síndicos, entre otros, como algunos políticos de Morena le ponen trabas o no están de acuerdo con sus decisiones? Todo hace indicar, al menos así se ha difundido, que todo nace de acuerdos tomados días antes de las elecciones que el reelecto presidente municipal, ya con el triunfo en la mano, ya habiendo rendido la protesta protocolaria, no está dispuesto a cumplir o a respetar.

Una cosa es cierta: previo a las elecciones a la decisión de quien sería el abanderado de Morena en la Capital, se vivieron momentos turbios, negros nubarrones amenazaron, la decisión, hasta se dio el caso de un delegado que avaló una candidatura, que luego se fue corriendo, dicen que con bolsas de billetes… así, en ese contexto, entre negociaciones y acuerdos, de unos y otros, fue como al final el actual edil apareció en la boleta y ganó apuradamente.

 

NO HAY POLÍTICA

Cuando el presidente municipal reelecto dio a conocer a los miembros de su gabinete, resulta que eran todos los del trienio anterior; y los regidores, de Morena y unos que llegaron por las negociaciones y acuerdos previos a la elección, no estuvieron de acuerdo. No los aprobaron y se tronó la sesión de cabildo. Luego, por su decisión, el presidente informó que ratificaba a sus colaboradores y que no requieren, por tanto, de la aprobación del Cabildo. Y el problema saltó a otra cancha: al Congreso local, donde tomaron decisiones y el presidente, como es abogado, impugnó la decisión de los legisladores locales.

¿Por qué se llegó a esta situación? Mi única explicación es que no hay ejercicio de la política; esta, en plata limpia, significa acuerdos y negociaciones, tal y como sucedió antes de la elección; y cuando las partes recurren a otras instancias o elementos es que, ni una quiere dar su brazo a torcer. ¿Qué puede pasar? Lo que sucede siempre, alguien tiene que tomar una decisión y las partes, si la aceptan, tienen que ajustarse a la decisión. ¿A quién le torcerán la mano? ¿Tendrá que ser un golpe de autoridad? Y es que, por lo que se ve, ya el presidente y los miembros del Cabildo no son capaces de verse ni en pintura.

 

DECISIÓN DEL OSO

Los problemas siempre tienen, en principio, dos partes interesadas en el problema. Puede haber un tercero que, por interés, impulsa a unos o a otros. Y en una ocasión conversé con Luis Humberto Hinojosa (+) mejor conocido como El Oso. Había un problema entre maestros de una escuela primaria y le consulté su versión de los hechos y de cómo lo resolvería. Ahí fue cuando me dio una clase de praxis política y me comentó los hechos de una primaria en Monterrey, cuando fue el líder magisterial en Nuevo León.

Citó a las partes en su oficina y al llegar les dijo: voy a un almuerzo, estaré fuera una hora o un poco más, en tanto platiquen, vean los pros y los contras en las posibles soluciones. El problema es de ustedes, ustedes por ambición o malos entendidos, lo hicieron crecer. Si para cuando regrese, ustedes no encuentran una solución que sea favorable o que afecte menos a las partes, yo tomaré una decisión, pero será inapelable, se tendrán que aguantar, apechugar y volver al trabajo, a las clases… Volvió y los maestros platicaban como grandes amigos, habían logrado un acuerdo que, El Oso, como líder avaló.

 

NEGOCIAR O IMPONER

AMLO como Presidente nunca quiso negociar al grado que, en seis años, nunca intercambió palabras con la oposición o líderes partidistas; y con todo, se asumía como demócrata. Luego en procesos legislativos, por ejemplo, cuando tenían que elegir a nuevos consejeros electorales, principalmente, al Presidente la orden fue: no negociar y llevar las cosas hasta las últimas consecuencias. Así fue como Guadalupe Taddei Zavala resulta electa de una rifa, una tómbola pues… así como fue la tómbola para la elección de jueces y magistrados.

El líder real de Morena en Tamaulipas es Américo Villarreal Anaya, el gobernador. Y en la medida que no se pueda destrabar el conflicto de la Capital tamaulipeca, tendrá que tomar una decisión, sea que tenga que negociarla o imponerla. Si la negocia, tendría que ofrecer a las partes premios o castigos, según sea el caso; si con eso, no hay solución, solo tendría una alternativa: imponerla. Y ahí es donde entran las instancias del poder, ya el conflicto está en la cancha del legislativo. Si Américo quiere actuar al estilo de AMLO, basta con que Morena en el Congreso local dé rumbo a la decisión final… que, entiéndase, no sería favorable para el presidente municipal.

 

DEMOCRACIA SIN ADJETIVOS

El siglo pasado Enrique Krauze escribió el libro Democracia sin adjetivos. Y es que, para esa fecha, ya se habla de una democracia social, democracia sindical, democracia política y la esencia de la democracia sin adjetivos es la participación y el voto de los involucrados. Para que exista es necesario que las reglas del juego, entre ellos los acuerdos, se respeten y se cumplan. Quien no lo hace, por más que diga que es un demócrata, no puede serlo.

 

 

 

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