Joel Balderas
En la era digital, las redes sociales se han convertido en una herramienta fundamental para la comunicación y el intercambio de información inmediata. Sin embargo, muchos de los gobiernos en México evidencian una falta de habilidad para comunicar de manera efectiva en estas plataformas. Pareciera que muchos gobiernos se limitan a utilizar las redes sociales como un medio para comunicarle a la prensa y a otros políticos, descuidando el diálogo directo con la ciudadanía, olvidando que una buena comunicación de gobierno resulta clave para generar la aceptación ciudadana y la legitimidad necesaria en el actual contexto social de infodemia.
En muchas ocasiones, la mayoría de los gobiernos en México parecen utilizar las redes sociales únicamente como un canal de comunicación unidireccional, es decir, solo envían información pero no se retroalimentan de opiniones ciudadanas. La mayoría de las veces sus publicaciones se centran en anuncios oficiales y eventos gubernamentales con números y más números, sin tener en cuenta la necesidad de establecer un diálogo directo principalmente con la ciudadanía; esto crea una brecha entre gobierno y ciudadanos.
La falta de interacción y respuesta a las inquietudes en las redes sociales y algunas veces hasta la censura de los propios gobiernos a ciudadanos que se atreven a hacer algún reclamo es otra muestra de esta deficiencia en su comunicación. En lugar de utilizar estas plataformas para fomentar un diálogo abierto y transparente, muchos gobiernos parecen ignorar las opiniones y preocupaciones de la ciudadanía. Esta actitud resta valor a las redes sociales como un medio de participación ciudadana y contribuye a una sensación de falta de conexión y distanciamiento entre el gobierno y la sociedad y se convierte en un foro de quejas y denuncias de todos contra todos.
Esta falta de habilidad de los gobiernos para comunicar en las redes sociales tiene consecuencias negativas, tanto para la transparencia como para la participación ciudadana. En primer lugar, limita el acceso a la información, ya que muchos ciudadanos obtienen noticias e informaciones a través otras personas y grupos en las redes sociales y si los gobiernos no utilizan estos canales de manera efectiva, se pierde la oportunidad de informar a la ciudadanía de manera clara y accesible.
En segundo lugar, la falta de diálogo y respuesta a las inquietudes ciudadanas debilita la participación ciudadana. Cada gobierno debe entender que las redes sociales ofrecen una plataforma para que los ciudadanos expresen sus opiniones, hagan preguntas y presenten propuestas. Sin embargo, muchos no están dispuestos a escuchar y responder a través de estas plataformas y termina por desalentar la participación activa de la sociedad en los asuntos públicos.
Es fundamental que los gobiernos en México comprendan la importancia de utilizar las redes sociales como un canal efectivo de comunicación con la ciudadanía ya que tan solo en México, según Inegi, en 2023 hay más de 100 millones de personas que usan redes sociales. Esto implica establecer una estrategia clara y coherente, que incluya una comunicación bidireccional, transparente y receptiva en las redes sociales.
Además, es crucial capacitar a los funcionarios públicos en el uso de las redes sociales y brindarles las herramientas necesarias para comunicar de manera efectiva como servidores públicos de un gobierno y no como influenciadores de vida social. Esto incluye la capacitación en el manejo de las redes sociales, la redacción de mensajes claros y concisos apegados a la propia comunicación del gobierno, y la habilidad para gestionar y responder a los comentarios y preguntas de los ciudadanos.
Sin duda la falta de habilidad de muchos gobiernos en México para comunicar en las redes sociales es una brecha importante en la relación entre el gobierno y la ciudadanía. Es necesario que los gobiernos reconozcan un área de oportunidad importante y trabajen en mejorar su comunicación en estos medios, centrándose principalmente en la ciudadanía que es para quienes deben comunicar fomentando un diálogo transparente y participativo.
Solo a través de una comunicación efectiva se podrá construir una sociedad más informada, participativa y empoderada.
¡Nos leemos en la próxima!
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