abril 1, 2025
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La Escuela Normal Rural de Tamaulipas

marzo 28, 2025 | 53 vistas

“El mejor método para educar es el trabajo” bajo éste extraordinario lema, que le dio vida a una de las instituciones de educación normalista de mayor prestigio en la región, es como cada día se consolida, sin duda como la mejor escuela normal rural.

Es que, hablar de los cientos de maestras y maestros que, se han formado en esta noble institución, es hablar de la construcción de comunidades completas.

Cuanta razón tenía su fundador, el profesor José Luis García García, al afirmar que, “el ejido llega hasta donde el maestro se lo proponga”; quien no recuerda aquellos profesores que, pese a las adversidades, llegaban hasta la comunidad asignada con todo ese entusiasmo para educar a los hijos de los campesinos.

Ese siempre fue el propósito, que los mismos hijos del campesinado, volvieran a los pueblos y ejidos a brindar educación, y de ésta manera, alfabetizar y educar a todo aquel que lo requiriera.

La necesidad de una normal rural la entendió perfectamente el gobernador del estado en turno, Don Enrique Cárdenas González, quien encabezó a un grupo de 22 comisariados ejidales, a la sociedad de exalumnos de Tamatán, siempre fortalecidos por la Liga de Comunidades Agrarias.

En agosto de 1976 presentaron la solicitud y mientras los días pasaban, la gente de la Liga, organizaba lo que seguía, por la estación más escuchada de Organización Radiofónica Tamaulipeca, se difundía la promoción para que, los jóvenes que tuvieran interés en convertirse en maestros se fueran preparando.

Con 180 alumnos, de aproximadamente 300 que solicitaron su ingreso, la normal abrió sus puertas un 18 de noviembre de ese año, recibiendo el reconocimiento oficial el siguiente, aquel cuatro de marzo.

Desde aquella tarde-noche en la que, con frío y lluvia, cientos de padres y madres llevaron a sus hijos a la escuela primaria Benito Juárez del ejido San José de las Flores en el céntrico municipio de Güémez, la Normal Rural de Tamaulipas “Maestro Lauro Aguirre” ha estado en funcionamiento.

El horario de actividades inicia a las cinco de la mañana y concluye a las diez de la noche; durante la estancia, en el albergue siempre hay algo que hacer. La organización de responsabilidades inician al momento de poner un pie dentro de ella.

Se trabaja en labores domésticas, en labores del campo y por supuesto en académicas. Las prácticas siempre son en escuelas rurales y para poder ingresar, se requiere ser buen estudiante y lo más importante, tener el origen en el campo.

Actualmente esta noble institución, brinda un espacio a más de 400 jóvenes estudiantes, futuros maestras y maestros, quienes son formados por docentes de gran calidad educativa y quienes trasmiten sus mejores conocimientos formativos.

Han transcurrido cuarenta y cinco años desde que egresó la primera generación, aquel treinta de junio de 1980; de aquellas aulas solo quedan los recuerdos y fotografías, ahora los estudiantes reciben su educación en aulas modernas, acordes a la actualidad.

Y desde siempre, como lo dicen en su himno que, “su símbolo fiel es el Caudillo, con el lema ¡tierra y libertad! sin temor al cobarde acribillo, por nuestra clase lucho con gran lealtad”.

Hasta la próxima.

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