Felipe Martínez Chávez
Son muy vulnerables. Pareciera que, en la esquina sur, el PAN escogió a lo peorcito de su gente para aspirar a los cargos de elección. Los que tienen algún capital político guardan distancia y no le meten dinero bueno al malo.
Es fecha que el partido azul sigue entrampado con Madero, donde se registraron hasta siete “suspirantes” dispuestos a dar su vida por la nómina.
Se deshicieron de dos, Andrés González Galván y Samuel Sosa Cavazos, pero dejan vivo al más fiel representante del cabecismo, Carlos Fernández Altamirano, el consentido de la zona sur, el “dedo chiquito” del ex Gobernador.
Tan su hijo político que en 2021 lo hizo registrar candidato a diputado por mayoría, y perdió, pero también de representación proporcional. De chiripa ocupa un escaño en el Congreso del Estado.
A como le pintan las cosas, va por su segunda derrota en las urnas. No ha ganado con la voluntad del respetable, sino de su amigo que le quiso dar fuero ante cualquier inesperado por la cola más larga que la Cuaresma, que se trae.
Suspiran en la petrolera un ramillete de perdedores y cartuchos quemados, voraces como Don Joaquín “La Quinita” Hernández Correa, auto registrado para dos chambas, diputado y alcalde.
Desde la Comisión Estatal de Procesos Electorales le tumbaron la primera porque es un distrito reservado para mujeres, y eso lo sabía el hijo de La Quina. El espacio parece reservado a Suheey Aglae Jiménez.
Por la presidencia siguen “vivos” Jesús Gutiérrez Rodríguez, Jordy Bazaldúa, Amel Ruiz Santillán, Alba Verástegui Ostos y el propio Hernández Correa.
La imagen pública de Fernández Altamirano es de “pillo de siete suelas” con denuncias en la Fiscalía General de la República y la de Tamaulipas, por saquear billetes del Instituto del Deporte, cuando fue jefe con Cabeza.
No es cualquier cosa, son millones, pero el que manda insiste en mantenerlo para hacer frente al casi seguro candidato a la alcaldía, Erasmo González Robledo, probado y curtido en las urnas como legislador local y dos en un escaño federal.
Erasmo es el favorito del establo guinda para abanderar la causa y ganar con amplia diferencia. Viene de ligas nacionales donde preside la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados. Goza de las confianzas del líder partidista Mario Delgado Carrillo.
Es hijo del ex presidente municipal Erasmo González Martínez 1981-83, primer trienio del gobernador Emilio Martínez Manautou, de origen petrolero como casi todos los residentes del municipio.
Don Carlos Fernández, es un futbolero amigo de Cabeza de Vaca, tanto que lo hizo jefe de Deportes, pero no está probado en las urnas. Empieza a hacer carrera como perdedor, si es que antes no lo “ganchan” las fiscalías.
En 30 de junio del 2022, sus compañeros de la 63 legislatura presentaron denuncia ante la FGR por presunto desvío de recursos públicos y delincuencia organizada, de la cual no se ha sabio el avance pero que pudiera “reventarle” en periodo electoral.
Favorecieron -¿o se hincharon ellos de lana?- con 53 millones de pesos a la empresa TM Futbool Club que manejaba el equipo Tampico-Madero. La lana salió de varias secretarías del gobierno cabecista, lo cual no se haría si no hubiera orden “de arriba”.
El concepto por el cual salieron los millones da risa: “servicios de promoción e imagen”.
Si las autoridades lo “jalan” en la temporada, va a poner el grito en el cielo que es represión o le quieren frustrar su carrera política, como alega su jefe.
Otro dato dice que el muchacho tiene cuentas pendientes con la Auditoría Superior de la Federación por 92 millones de pesos, por dinero cuya aplicación no supo justificar, dentro de participaciones federales.
Las presuntas desviaciones se habrían hecho entre 2017 y 2018 según datos de los auditores. Es tiempo suficiente para fincar responsabilidades.
Ahí cerquita, en Altamira, hay otra ficha que se encamina a la presidencia por las siglas panistas, Miguel Ángel Gómez Orta, con el fierro de la casa bien puesto: Fue representante del gobierno de Francisco Javier en la zona sur.
Hay un expediente -59/2012- en el Juzgado Décimo Sexto de lo Civil en el entonces DF, por participar en la transa de un terreno de seis mil 300 metros cuadrados que era utilizado como cancha de fútbol, pero que invadió una particular.
Gómez Orta virtualmente tiene la bandera azul en la bolsa. Se enfrentará al favorito de todas las encuestas, Armando Martínez Manríquez, alcalde que va por la repetición.
Y en Tampico el engrudo celeste sigue hecho bolas por la confrontación de dos cartas irreconciliables, Rosa González Azcárraga y José “Mon” Marón, mientras en la esquina contraria, la de Morena, está más que perfilada Ursula Salazar Mojica para ganar con luz propia y el efecto AMLO y 4T.
Tampico, el último bastión celeste de importancia, puede pintarse de guinda el 2 de junio, junto con Aldama, González y El Mante. Por ahí va.