julio 4, 2024
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José Inés Figueroa Vitela

La impunidad perdida

mayo 19, 2024 | 115 vistas

José Inés Figueroa Vitela

 

Los cabecistas en la contienda, le están exigiendo al exgobernador de triste memoria, cumpla el compromiso de impunidad que les ofreció, cuando se repartieron el botín público.

Personajes a quien se les endosó la mitad del cheque presupuestal o y le regenteó el saqueo de otros ayuntamientos menores, en la región central del Estado, mediante el uso de sus empresas factureras contratistas, operadas por prestanombres, ha sido el más tímido reclamante, pero el más nervioso con la reapertura de las cuentas públicas del pasado sexenio.

No es solo el desvío de las cuotas de la burocracia estatal y los fondos de los maestros confiados por el SNTE en su tiempo al hoy Ipsset, cuando fue Tesorero del Estado, o el pase del presupuesto de una bolsa a la otra, cuando fue alcalde, lo que le preocupa, obvio será.

El exgobernador prófugo en Texas, le había asegurado a él y los de su condición, que el Fiscal General IRVING BARRIOS MOJICA sigue trabajando a su servicio, y no va a reabrir los expedientes de Villa de Casas y Jaumave.

Ahí, donde se documentaron los primeros casos de sus constructoras simuladoras de obras, para “meterlo al redil”.

Menos, de las que directamente le implican a él y se han mantenido en la discreción de las negociaciones perversas, en las que RÓMULO, su hermano, actuó como constructor, usando un grupo de prestanombres para liberar los cheques y luego “feriarlos” para repartirse.

“Aún si se detectan en la Auditoría Superior, que va a ser muy difícil, porque -el anterior Auditor Superior- JORGE ESPINO limpió los expedientes, las posibles denuncias van a tener que pasar por la Fiscalía General y ahí IRVING las va a parar”, dicen les ha dicho a éste y sus congéneres.

Eso se dicen entre ellos, lo que no necesariamente será verdad, pero, además, hay hasta manuscritos, bitácoras completas, con fechas, nombres personales, lugares, cantidades.

Son cajas enteras, en las que en el origen transportaban el efectivo y luego se usaron para guardar diarios y libretas, que documentan el saqueo y ahora están a disposición de las autoridades.

Antes que los peritos certifiquen la veracidad de los contenidos y sus autores, ciertamente identificables en el cercanísimo entorno del hoy candidato a reanudar el saqueo de Victoria capital, sobran las y los testigos de que, en efecto, lo que se dice sucedió.

Por eso la intranquilidad no ha pasado y en ese escenario es, en el que la semana pasada, se movieron resortes para desde el fallo en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, sobre un asunto menor -las comparecencias de funcionarios al Congreso-, generar la percepción de que el cabecismo estaba retomando todos los hilos de la impunidad para sí y los suyos.

Las cajas de resonancia del sexenio perdido, hablaron por un lado de la caída del gobierno legislativo morenista y por el otro, de la improcedencia de las acciones del Auditor Superior Interino y de la investidura misma, como consecuencia de la resolución en la máxima instancia jurisdiccional del país.

Ni una, ni otras cosas.

En la recta final de la actual legislatura, su estructura de gobierno está más firme que la quijada de arriba y el andamiaje fiscalizador del estado, finalmente haciendo su chamba, fuera de la polémica sobre el término de las mayorías en la Cámara.

En el proceso, el grupo mayoritario en el Congreso local, compuesto por Morena y sus aliados, jamás intentó nombrar un nuevo Auditor Superior con mayoría simple.

Lo que dispuso en la ley reglamentaria, fue definir quién se ocuparía del despacho, en tanto se lograban los consensos en torno a una propuesta definitiva, con los votos necesarios de la mayoría cualificada.

Más que mantener, se trataba de recuperar la función fiscalizadora de la representación popular, luego que el anterior auditor cómplice, había cerrado su ejercicio omiso, en el desacato, negándose a rendir cuentas, sobre las cuentas —valga la redundancia-, que le pedía la Comisión legislativa de Vigilancia, a cuyo servicio debió trabajar siempre.

Eso, insisto, es lo que ha tratado a toda cosa de evitar el grupo PAN-cabecista: que se revise el manejo de los recursos públicos que les fueron confiados, porque ahí deberá estar registrado precisamente el saqueo público y notorio del que fueron protagonistas.

Y si no está ahí, existen otras fuentes, como aquellas de las que antes hice referencia y a las que los entes fiscalizadores deberán remitirse en tiempo y forma, en su amplio espectro.

sto ya nadie lo detiene.

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