A muchos les parece un exceso y un absurdo el solo mencionar la posibilidad de una eventual intervención del Gobierno de Estados Unidos para combatir y controlar a los carteles del narcotráfico en México.
Sin embargo, está claro que, si Donald Trump logra convertirse, por segunda ocasión, en el presidente del vecino país, las posibilidades de que veamos agentes de la DEA y militares norteamericanos combatiendo masivamente a las organizaciones criminales en México, van a crecer significativamente.
Bastaría con que Estados Unidos declare terroristas a los narcos mexicanos para que tengamos a corto plazo una invasión de tropas norteamericanas, enfrentándolos.
¿Hay justificación? Por supuesto que la hay: Estados Unidos siempre ha culpado a México de inundar su territorio con todo tipo de drogas, que cada año dejan un promedio de cien mil muertes por sobredosis, y que tienen “enganchados” a millones de personas adictas.
Por eso, el pasado miércoles, durante una entrevista televisiva, Trump arremetió contra México por su fracaso en materia de combate al narcotráfico.
Sostuvo que México está petrificado ante los cárteles de la droga y que éstos pueden quitar a un presidente en dos minutos.
A su vez, su compañero de fórmula en la candidatura por la presidencia, J.D Vance, consideró que México se convertirá en un narcoestado si Estados Unidos no toma el control de la situación.
Ante ello, el candidato republicano hizo una advertencia: planea lanzar bombardeos a los cárteles mexicanos sin importar que México sea el principal socio comercial de Estados Unidos.
“México va a tener que arreglar esto pronto”, sentenció.
“El problema es que México está petrificado ante los cárteles, porque ellos podrían quitar al Presidente en dos minutos. Están petrificados ante los cárteles. Los cárteles controlan México”, dijo.
Las declaraciones de Trump no le auguran buenos tiempos al próximo gobierno que encabezará Claudia Sheinbaum. Con sus declaraciones pareciera estar anunciando cual será una de sus prioridades en su gobierno si es que, como dicen las encuestas, gana nuevamente la presidencia estadounidense.
De esa manera, insisto, aumentan las posibilidades de que pronto veamos materializarse lo que muchos consideran un absurdo y un exceso: tener a la DEA y al Ejército estadounidense confrontando a los grupos criminales en el territorio mexicano.
No sé a usted, pero a mí me parece que esa es la única alternativa disponible para frenar la violencia delincuencial desatada en México por los cárteles del narcotráfico, quienes están completamente empoderados.
Hasta hace pocos años el Ejército y la Marina eran las únicas instancias que podían asumir esa responsabilidad, pero quedaron completamente rebasadas. Los grupos criminales les perdieron el respeto y sobre todo el temor que inspiraban.
Ante ello, pareciera que solo Estados Unidos tiene la capacidad de solucionarnos el “problemita”, con el poderío económico, de recursos humanos, equipo y tarea de inteligencia que posee.
EL RESTO
Por supuesto que también debe haber preocupación en México por el eventual triunfo de Trump, porque podría activarse la maquinaria policial y jurídica estadounidense para investigar las causas e identificar a responsables del poderío que adquirieron los grupos criminales en México.
Algunos de quienes hoy ejercen el poder podrían terminar sentados en el banquillo de algún juzgado norteamericano.
Veremos y diremos.
ASÍ ANDAN LAS COSAS.