Rogelio Rodríguez Mendoza
LEGISLATURA GUINDA.- Sin demeritar el triunfo arrollador conseguido en la mayoría de los municipios, las senadurías y siete de las ocho diputaciones federales, sin duda el mayor logro en Tamaulipas para Morena en la elección del pasado domingo, es haber conseguido el control absoluto del Congreso del Estado.
Con las 22 diputaciones con las que contará en la integración del Pleno de la 66 legislatura que inicia el uno de octubre, (21 de mayoría y una de representación proporcional) la bancada guinda no tendrá ningún problema para lograr la mayoría calificada que requiere para sacar adelante cualquier reforma constitucional.
Recordemos que para reformar la carta magna se requiere el voto de las dos terceras partes del Pleno, que suman 24 votos, por lo que Morena y sus aliados (PT, PVEM y Movimiento Ciudadano) no tendrán problema para reunir esa cifra. Hasta le sobrarán.
Esa misma mayoría calificada le dará posibilidades de remover a diversos funcionarios cabecistas que siguen enquistados en instancias claves del gobierno, y que han sido un estorbo para la administración del gobernador Américo Villarreal Anaya.
Uno de ellos, por ejemplo, el fiscal general de Justicia del Estado, Irving Barrios Mojica.
Por todo ello es que, sin duda, el triunfo en las diputaciones locales fue la “Joya de la Corona” para el morenismo tamaulipeco.
EJEMPLAR.- Por cierto, no se puede pasar por alto el ejemplo de democracia que dieron los tamaulipecos (como la mayoría de los mexicanos) el pasado 2 de junio.
Fue impresionante cómo los ciudadanos se volcaron hacia las urnas para cumplir con ese deber cívico del voto. No importaron las extremas temperaturas imperantes ni las largas filas que tuvieron que soportar para cruzar la boleta electoral.
Fue de admirarse, por ejemplo, las filas de hasta 150 personas que se llegaron a formar en la casilla especial que se instaló en la Central de Autobuses de Ciudad Victoria. A las personas no les importó la espera de hasta dos horas para poder votar.
La consecuencia de todo ello es que esta vez el gran triunfador no fue el abstencionismo.
Ojalá que esa sea una constante en las siguientes elecciones.
EL GRAN PERDEDOR.- Ahora que, sin duda el gran perdedor en la elección fue el exgobernador Francisco García Cabeza de Vaca.
Salvo el caso de Imelda Sanmiguel Sánchez, quien tendrá una curul de primera minoría en el Senado de la República, en el resto de los cargos en disputa el cabecismo se llevó un severo revés.
Perdió, incluso, el único bastión que le quedaba, y que era el municipio de Tampico, donde Rosa González sucumbió abrumadoramente frente a la morenista Mónica Villarreal Anaya.
Literalmente Cabeza de Vaca se quedó sin nada. En el ámbito federal, su partido, el PAN, tendrá apenas un asiento en la Cámara de Diputados con Jesús, “Chucho”, Nader, y uno en la Cámara de Senadores con Sanmiguel Sánchez.
Mientras tanto, en la legislatura local tendrá menos de una decena de curules, todas de representación proporcional.
En suma, el cabecismo parece estar en peligro de extinción, porque a todo lo anterior hay que sumarle el hecho de que el exgobernador tendrá que seguir autoexiliado en Estados Unidos para evitar que le ejecuten las órdenes de aprehensión en su contra.
ASI ANDAN LAS COSAS.