noviembre 21, 2024
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Melitón Guevara Castillo

La pala y el azadón

octubre 16, 2024 | 92 vistas

Melitón Guevara Castillo

 

En el campo, cuando no son muy directos y quieren explicar lo que sucede con unos y otros, dan cuenta de lo que sucede con la pala y el azadón. Son instrumentos que se utilizan en el campo y en otras actividades laborales. Sin embargo, lo explican así: quien solo sabe usar el azadón, afirman, es una persona egoísta, que solo jala para él, es gandalla pues; en cambio, el que usa la pala, es una persona que sabe compartir o, en pocas palabras, repartir lo que jala con el azadón.

El símil de la pala y el azadón también es fácil contextualizarlo en la vida cotidiana. Hay personas que son individualistas, que solo piensan en su beneficio, es decir, solo usan el azadón, solo trabajan para ellos y para ellos. En cambio, otras personas son el contrario a los individualistas, son cooperativos, solidarios, colectivistas. A los primeros no les interesan los problemas comunitarios; a los segundos sí.

 

SUMAR Y RESTAR

Eso del individualismo y el colectivismo son expresiones para describir lo que sucede con el comportamiento de la gente en lo general. Sin embargo, en ciertos casos, en lugar de hablar de la pala y el azadón, se usan los términos de la aritmética: el sumar y restar, en la inteligencia de que son contrarios. Y algunas de las profesiones, claro su ejercicio, lo tienen en sus contextos de triunfar o fracasar. Un artista o deportista, que suma fans, es un triunfador; si los va perdiendo, no hay la menor duda: su popularidad va a la baja y, en consecuencia, su status de triunfador.

Sumar y restar es, en el caso de los políticos, una situación compleja: para ganar necesita adeptos, votos. Veamos el caso de Morena, elección tras elección ha incrementado sus votos; en cambio, partidos como el PRI o de plano el PRD, los pierden al grado que este último ya está oficial y formalmente desaparecido. Este contexto nos lleva a una dirección inequívoca: el regreso a la escena política, la existencia de un partido dominante, o predominante, y el resto son meros satélites, como es el caso del Verde como del PT: viven a expensas del partido dominante.

 

AMLO Y CLAUDIA

El inicio del actual gobierno, el de Claudia Sheinbaum, generaba expectativas de siempre; si será igual o diferente al que termina, al de AMLO. En las declaraciones antes y después de tomar posesión, la Presidenta hizo notar que continuará con el segundo piso de la 4T, y que nunca traicionaría sus principios. En esta coyuntura, entendiendo que los mensajes son narrativas del poder, se esperaba que en los hechos sí hiciera algo distinto. Hay, sin embargo, una realidad: si a AMLO le funcionó su narrativa para adueñarse del poder, para conservarlo y, en la práctica, acrecentarlo, cambiarlo sería un error o un suicido.

¿Qué hará Claudia como Presidenta? ¿Sumará o restará? Entendiendo que sumar al pueblo es fácil, puesto que ya tiene más programas sociales para tener a la gente contenta, y que son fieles, dijo una vez AMLO. La cuestión es si, en los hechos, tendrá la capacidad para sumar a los grupos o núcleos sociales que han mostrado ser contrarios a la 4T. ¿Sumará a los empresarios, a los industriales, a los inversionistas o se irán provocando desequilibrios económicos y financieros? ¿Será capaz de ir, gradualmente, sumando a la clase media?, sí, esa que AMLO califica como aspiracionista, conservadora y egoísta.

 

PERDER APOYOS

¿Qué está sucediendo en Victoria con el Presidente Municipal? Recordemos como, una vez, perdió la elección municipal, le faltaron votos; para la siguiente elección, hagan de cuenta, trabajó tres años, recorrió las calles y visitó casas de Victoria, de sus colonias, de sus barrios, así como de los ejidos. Y eso, a la larga, le permitió tener una estructura que le permitió ganar: ganó más y más adeptos que se transformaron en votos, sumó apoyos a su causa y eso lo llevó al triunfo.

Durante tres años fungió como Presidente Municipal: sus decisiones, sus acciones, se entiende, fueron las que determinaron que al participar en el proceso electoral para reelegirse batalló para agenciarse con el triunfo. Los números indican que, aunque ganó, perdió adeptos… y esa pérdida, quiérase o no, es el resultado a su trabajo como servidor público. Ahora, por extrañas razones, enfrenta una rebelión de los regidores. Sean las causas que sean, en la práctica eso significa que así como perdió adeptos en la población victorense, también los perdió en el Cabildo… claro, para unos, en todo ese proceso hay una mano negra.

 

EL PODER

En el ejercicio del poder, siempre nos han dicho, no se comparte; a menos que, como a veces suele suceder, el verdadero poder sea ejercido de manera indirecta. Gobierna, pero no manda. Y en el caso del conflicto político municipal, una versión que puede ser válida es que quienes tienen las riendas del poder demandan posiciones que el Presidente no quiere ceder… porque, al hacerlo, se convertiría en un florero: un ejecutor de decisiones que no salen de su investidura formal.

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