El siglo pasado, en 1910, México tuvo una revolución que, luego, se convirtió en gobierno por obra y gracia de los gobiernos emanados del PRI. No es momento ni ocasión, para detallar su evolución; pero hoy, los mexicanos, de la mano de Andrés Manuel López Obrador viven la Cuarta Transformación, la cuarta revolución, en palabras de AMLO. Anquilosados, corruptos e ineficientes, los gobiernos priistas dibujaron las condiciones para que la 4T llegara vía las urnas. Y, aquí en donde es preciso recurrir, a la definición de revolución.
La revolución de 1910 llego por las condiciones, digamos infrahumanas, de explotación en que se vivía. Las armas marcaron un rumbo y se dio la Constitución de 1917, como resultado de la revolución. Que significa ruptura, cambio de estructuras políticas, económicas, sociales y educativas. En este sentido, la 4T, no puede ser una revolución, pero si una transformación, puesto que gradualmente está cambiando las reglas del juego.
ÉXITO DE AMLO
Había a lo largo y ancho del mundo la certidumbre de que es imposible transformar a un país por la vía pacífica. Todos conocemos la experiencia del siglo pasado en Chile con Salvador Allende: el capitalismo orientado de los Estados Unidos destruyó el proyecto de que la izquierda llegue al poder por la vía pacífica. En este sentido, está demostrado hasta la saciedad, que AMLO no es izquierdista, populista y demagogo sí, pero llegó al poder y gradualmente está logrando éxito.
Hasta este momento la 4T, es un éxito porque prácticamente ha destruido a la oposición. Ha logrado casi una sumisión total del legislativo, que al grito de “es un honor estar con Obrador” le aprueban sus propuestas sin quitarles una coma; y todo hace indicar que, pronto, muy pronto, va a suceder lo mismo con el Poder Judicial, además, si logra la mayoría calificada en el 2024, cumplirá su sueño de que los Jueces y Magistrados sean electos por votación directa, es decir, que sean miembros de su partido, tal y como ya va a suceder con la sustituta de Arturo Saldívar.
LEALES
La perdición del PRI como revolución fue olvidarse de los pobres. Es cierto, se puede recuperar que cada sexenio el discurso oficial era, o fue, a favor de los pobres, de los más pobres. Por eso, cada sexenio había nuevo programa social y ofrecían desterrar, o disminuir la pobreza, la brecha entre pobres y ricos. El dinero se etiquetaba el gran problema es que llegaba a cuentas gotas; por eso, no disminuyó y sí aumentó la pobreza. Porque, además, está documentado su uso electoral y que se lo robaban… ahí tienen, de ejemplo, la estafa maestra.
En esta coyuntura se aplaude el programa de bienestar social destinado a la pensión universal. En este sentido, lo dijo claramente AMLO, los pobres son los más agradecidos. Y ello le da la certeza de que, precisamente ellos, serán los que van a apuntalar la fortaleza de la 4T, o revolución. Podrá decirse que es electorero, pero los anteriores, hacían lo mismo…AMLO dice que no son iguales y no, no son iguales, desde el momento que se hace entrega directa del beneficio, no hay intermediarios.
¿HABRA NUEVOS RICOS?
No se puede negar que la revolución de 1910 creo instituciones que le dieron vida y fortaleza a la sociedad mexicana, instituciones que hicieron posible que el PRI gobernara hasta el fin del siglo. Su contraste, que provocó su muerte, fue que, amparados en la corrupción e impunidad, se identificó y reconoció por los estudiosos del sistema político que genero una conducta: cada sexenio había nuevos ricos, como una consecuencia de no redistribuir de una manera más correcta y equitativa el ingreso nacional.
Los hechos han demostrado que no todos los miembros de la 4T están enamorados, impregnados, de su filosofía: la pobreza franciscana, no engañar, no robar, no traicionar al pueblo. Los hechos conocidos lo muestran: la boda de Cesar Yáñez como de Santiago Nieto, la ambición y corrupción de Julio Scherer, la casa gris de Houston donde vive el hijo de AMLO. Y para mayores señas ahí está el libro de Elena Chávez, el “Rey del Cash” donde hace notar la ambición de los cercanos al Presidente López.
POBRES Y RICOS
Hasta el momento hay evidencias de que, la clase más pobre, está contenta con AMLO, con su pensión. No hay aun las evidencias suficientes de que, con esta pensión, puedan salir de la pobreza o dejar la pobreza extrema. Sí hay evidencias, obvio, de que están contentos de recibir el apoyo. Por otra parte, sí hay evidencias de cómo, la cercanía con AMLO, ha sido suficiente para unos y otros hacer negocios, dejar de ser pobres y convertirse en nuevos ricos. Al menos, se ha documentado, adjudicación de contratos sin licitación, de como miembros de su staff de “ayudantes” ya viven mejor. Por otra parte, la boda de Cesar, de Santiago y la forma en que viven los hijos del Presidente indican que no están divorciados de la riqueza, la comodidad y los lujos de la riqueza.