octubre 26, 2024
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La soberanía alimentaria, el plan

octubre 25, 2024 | 24 vistas

El eje rector para el campo que la presidenta de México, la doctora Claudia Sheinbaum Pardo, ha establecido en su gobierno, es la soberanía alimentaria.

Las políticas públicas proyectadas para el agro nacional, de lo que se ha autodenominado el segundo piso de la transformación, mantiene intactos los cinco programas del bienestar implementados por su antecesor.

Es que la soberanía alimentaria para un país como el nuestro, históricamente se ha convertido en el mejor discurso social y económico, justificando en ella, cada peso oficial invertido en el fortalecimiento de la agricultura, en la búsqueda de más y mejores alimentos para los mexicanos.

El lanzamiento del Programa Nacional de Soberanía Alimentaria, es una nueva apuesta por el campo mexicano, esta semana, el Secretario del ramo, Julio Berdegue, ha presentado a la nación un plan que busca fortalecer la producción agrícola y asegurar el acceso a alimentos saludables.

Bien por privilegiar la agricultura de mediana y baja escala, donde programas como producción para el bienestar, fertilizantes, precios de garantía, bienpesca y sembrando vida, permanecen, con la salvedad de revisar los padrones de más de dos millones de beneficiarios, quienes habremos de demostrar que necesitamos los apoyos y comprobar que los apliquemos.

La incógnita sigue quedando en el aire. ¿Qué pasará con la agricultura comercial? Con la producción de granos como el sorgo y maíz en regiones como el valle de San Fernando y el Norte del estado, allá las superficies, aún que son ejidales la mayoría, rebasan los límites que establecen los programas para acceder a ellos.

Recordemos que no es cualquier cantidad de hectáreas las que se dedican a esta producción, donde se genera una economía circular, pero, además, abona en mucho al objetivo trazado por el Gobierno federal, dejar de importar granos básicos, para alcanzar la soberanía alimentaria.

Para Tamaulipas, sin duda, se requiere un traje a la medida, como el que pretenden fabricar con la implementación del nuevo programa cosechando bienestar, el cual consiste en apoyar a los productores de los mil 200 municipios más pobres del país, donde la pequeña agricultura, habrá de ser apoyada con crédito, seguro agrícola, semillas, asesoría técnica, comercialización, es decir, contarán con todo un servicio integral.

De manera reiterada lo expresamos que, no solo prohibiendo los maíces transgénicos y agroquímicos como el glifosato, se fortalece nuestra agricultura. Se requiere mucho más y eso, bien lo saben en la Sader.

Desde este espacio, hacemos nuevamente un llamado a los diputados federales tamaulipecos, para que en la aprobación del presupuesto de egresos para el campo, para el ejercicio 2025, antes de levantar la mano de manera uniforme y mayoritariamente, revisen las letras chiquitas, verifiquen que sus representados estén considerados en los apoyos, que se destinen recursos suficientes a los dos temas prioritarios: crédito y comercialización; para que de esta manera, a sabiendas del compromiso, entonces digamos por acá, que por su gente, dejaron el cuero en la cerca.

Hasta la próxima.

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