La violencia, quiérase o no, es parte de nuestra vida cotidiana. No quiero asentar que yo tengo otros datos, como decía AMLO, pero es evidente que a lo largo y ancho del país la violencia es un hecho que se está haciendo costumbre… hay muchos tipos de violencia, pero enfatizo en aquella que violenta nuestra integridad personal, la paz y tranquilidad de los vecinos; la que tiene que ver con la pérdida de vidas, con los hechos que, a lo largo y ancho del país, se suceden día tras día.
El Estado, sea cual fuere, capitalista o socialista, democracia o dictadura, en principio tiene una tarea natural: garantizar a la población niveles de bienestar social como la integridad física y la vida. Para hacerlo tiene que combatir, en principio, a la delincuencia y en la medida que se pueda, prevenir aquellos actos que van en contra de la integridad de todos, de hombres y mujeres, de niños y adolescentes. A partir de este compromiso las tareas del Estado son esenciales para el desarrollo de los pueblos.
TIPOS DE VIOLENCIA
Hoy en día no podemos sorprendernos de los distintos tipos de violencia que son observables en la sociedad. Hay la violencia familiar; es aquellos en donde, por lo regular, el padre es violento y se ensaña con los hijos o con la esposa. Este tipo de violencia nace de la personalidad, los valores y principios que permean en cada familiar. Por ejemplo, en la mía, cuando alguien es de mecha corta, que luego, luego se enoja y hace aspavientos se le dice: ya te apareció lo Ordoñez, un tío de papá que era muy especial en su trato con los demás.
La violencia adquiere muchos matices: la escolar, donde un adolescente maltrata a sus compañeros, en algunos casos se ha llegado a la violencia física. También, cuando una maestra/o la ejerce contra sus alumnos. Y más reciente, sin la menor duda, la violencia de género o la política. En ambos casos la agresión puede ser verbal y las sanciones ya están tipificadas en la ley. La cuestión, el hecho, es que, para evitar la violencia, al menos de este tipo, es necesario la concientización, los valores y el respeto hacia los otros.
LA VIOLENCIA EXTREMA
Hay otra violencia, la que se deriva del uso de la fuerza y sobre todo de armas que buscan lastimar la integridad física o la vida. Es la que se deriva del fenómeno que ubica como delincuencia organizada; que en el caso de Tamaulipas hizo su aparición allá por el 2010 y que, sin la menor duda, en este momento se focaliza en varias entidades del país, pero que es generalizado en cierta medida. Las experiencias de unos y otros, en este renglón, son variadas y muestran las reacciones o efectos posteriores.
La delincuencia organizada es un hecho real, como es real, también los distintos eventos que generan pérdidas de vidas humanas. El Gobierno federal en la medida que puede minimiza los hechos; que son aislados, o como decía AMLO, es publicidad de mis enemigos, los conservadores, pero los datos ahí están: más y más hechos de violencia, más y más muertes. Fue correcta la decisión de AMLO de combatir las causas; pero incorrecta el no combatir a la delincuencia, abrazos no balazos, porque dejaban hacer y pasar. Hoy en día ya no nos sorprende nada: como lo sucedido en Querétaro, donde un ataque a un bar dejó diez o más fallecidos, y todo porque el grupo armado llegó buscando, se entiende, a un contrario o a un traidor: iban por uno, y otros, digamos inocentes, también la llevaron.
DESCOMPOSICIÓN DE LA SOCIEDAD
¿Por qué hay descomposición de la sociedad? En principio, por la falta de oportunidades desde educativas hasta laborales, que son el factor para incentivar la pobreza; y esta condición es, sin duda, la que orilla a otro tipo de acciones o actividades que rompen con el esquema de convivencia social. Es el factor general, pero hay también un factor más específico: el familiar, de cómo al interior de una u otra familia, van cambiando o permeando los valores, que son los que determinan el comportamiento individual y, a la larga, el general o social.
Si hacemos caso a AMLO: hay que combatir las causas. Y esas causas tienen factores internos, familiares, y otros exógenos, que son de la sociedad. Simplificando: diríamos que alguien roba por hambre o porque no tiene empleo, esas son causas que deben de atenderse. Pero también, no podemos soslayarlo, el que tiene que ver con los valores… y la sociedad o las nuevas generaciones tienen otra mentalidad, los valores cambian, se transforman, de tal suerte que con ellos también va la forma específica de ver las cosas… la descomposición de la sociedad, entonces, aparece por causas estructurales, pero también por internas… y la violencia es parte de esa descomposición.
VIOLENCIA CON VIOLENCIA
Estoy de acuerdo en que la violencia genera más violencia. De ahí que sea, digamos correcto, que no se puede armar una guerra frontal contra la delincuencia. Sin embargo, se puede combatir a la delincuencia con muchas armas, con inteligencia, con estrategia, con investigación, con operativos planeados, organizados y ejecutados con precisión… por eso, dicen, hay guerras que se ganan sin tirar un balazo: es lo que debe hacer, sin la menor duda, el gobierno al combatir a la delincuencia organizada.