Bien dicen en el pueblo, tarde o temprano se cumplen los plazos, o se llega el día esperado. Fue lo que sucedió ayer: dio inicio el ciclo escolar en todo el país; y en Tamaulipas no fue la excepción. Y en relación con los libros de textos, la instrucción presidencial es que se entreguen y en la entidad, según informa Lucia Aimé Castillo, solo hubo ayer dos manifestaciones en contra de los libros: en Tampico y en Victoria.
La lucha contra el libro de texto, tal y como ha sido en otras ocasiones, es una guerra perdida. No es la primera vez que esto sucede y al final, se impone la decisión política. Recuerdo que hace tiempo el PAN, encabezado por dos aguerridas mujeres, asentaban que el estado no tiene derecho a imponer, a dar, a sus hijos un tipo de educación. La cuestión es que el poder estatal hace valer su visión del poder. Y lo volverá a hacer.
APRENDIZAJE SIGNIFICATIVO
En mi ejercicio profesional fui docente universitario. Y en la universidad también hay reformas educativas. La cuestión es que, en ese proceso, efectivamente muchas de las veces el profesor no cuenta; y, por otra parte, se cambia o se impone un nuevo modelo educativo y el profesor no es capacitado, o convencido de su bondad. Lo cierto, indiscutible, es que el conocimiento al ser significativo tiene un impacto en quien lo recibe.
Y el conocimiento significativo no llega por osmosis: llega por la participación, la acción del profesor, que es el que dirige el proceso de aprendizaje. Hay profesores que son dictadores, dictan apuntes; otros explican, describen, analizan y provocan reflexiones, despiertan el interés de los estudiantes. Y son, esos profesores, los que le dan a la educación o a los contenidos de los libros una razón de ser. Recuerdo a excelentes profesores, de otros, no me acuerdo ni el nombre.
LOS ALUMNOS Y COSTOS
El ciclo escolar en Tamaulipas ya inició. Las cuentan indican que en Tamaulipas hay cerca de 800 mil estudiantes, de preescolar hasta educación superior; en educación preescolar, primaria y secundaria un 527, 936 estudiantes; en preparatoria y universidad suman 290 mil estudiantes. Sin embargo, el problema son los de educación primaria, ahí es donde hay el problema de los libros de texto, que rechazan los padres porque, dicen, que no quieren que se lastime la inocencia de los niños con temas de sexo e ideologías de género.
El rechazo de los libros, hagan de cuenta, que no es unánime, es una minoría que adopta una postura ideológica y a partir de ahí el rechazo. Pero creo que el grueso de los padres de familia tiene otro tipo de preocupación: el costo de la educación de sus hijos. Bajita la mano, según estimaciones, cada padre de familia gasta entre cinco y seis mil 500 pesos por cada hijo inscrito: la cuota voluntaria para ser inscrito, uniformes, zapatos, tenis, cuadernos y otros útiles escolares necesarios.
LAS REFORMAS EDUCATIVAS
Recuerdo una reforma universitaria: buscaba formar un estudiante analítico, reflexivo y crítico. La verdad, todo siguió igual: se reformó lo general, los planes de estudios tuvieron algunos cambios, pero no se modificó la forma de enseñar ni se cambiaron los libros de texto. En el caso que nos ocupa se cambiaron los libros de texto, pero el filtro será el profesor. Hay, sin embargo, una certeza: la educación refuerza o cambia el paradigma de como se ve la realidad.
Decía Luis Echeverría Álvarez, en el inicio de su gobierno, en 1970, que era necesario cambiar las estructuras mentales. Por lo que leo y escucho, el gobierno de AMLO no lo pregona, intenta hacer que las nuevas generaciones vean y sientan la problemática de su entorno de otra manera. A principio de siglo, una encuesta de cultura política hace notar que el 64 por ciento de los mexicanos no tienen interés en resolver, o participar, en los problemas de su entorno.
VISION DE LA REALIDAD
En un pueblo el profesor pregunta a sus alumnos sobre la huelga de la fábrica. Levantan la mano dos de sus alumnos. Uno dice: en mala, están paralizando la producción, al faltar el producto se va a encarecer. Los huelguistas son unos malagradecidos, no agradecen que tienen trabajo. El otro dice: están luchando en contra de la explotación, los bajos salarios, las malas condiciones de trabajo, el patrón es un explotador… es la visión que se tiene desde la posición que se ve o se tiene en el proceso de producción.