De antemano espero que no se molesten por el comentario en la colaboración de este día.
Cada quien es libre de creer en lo que quiera o no creer. Y a creyentes o no creyentes, debe haber respeto.
Aquí el asunto va más allá de una creencia.
Me voy a referir a las manifestaciones de fe a la Virgen de Guadalupe, particularmente en Ciudad Victoria.
Ojo: no estamos en contra de ellas.
Lo que cuestionamos es que las peregrinaciones las hagan en horas pico y en calles pico.
No es posible que bailen y marchen por arterias tan transitadas como la calle Nueve a la altura de Matamoros, Morelos, Hidalgo, Juárez y Bulevar. Y que además obstruyan uno de los accesos a la zona conocida como la Loma.
Ya Victoria no es un pueblo; es una ciudad y este tipo de manifestaciones, insisto, provocan caos vial, que incluso podría propiciar algún accidente con alguno de los peregrinos.
Las autoridades deberían regular esta situación.
Insisto, no pedimos que no hagan peregrinaciones. Pero que las hagan por otras calles en las que no se afecte el tránsito vehicular.
Está, por ejemplo, la calle lateral de la avenida América Española. Esa calle prácticamente los conduce al Santuario de Guadalupe y no se afecta para nada ninguna arteria del centro ni tampoco afecta el flujo vehicular en esa zona.
Quizás me vayan a decir que la tradición indica que cada grupo debe salir del templo que representan para de allí caminar hasta llegar a la Virgen. Pero una ciudad en crecimiento y con muchísimos carros ya no puede permitirse esas tradiciones.
Estamos en una ciudad mal planeada y con calles y accesos poco accesibles para vehículos y a eso le agregan una manifestación, caray, eso se vuelve un caos.
Es necesario que las autoridades se detengan a pensar tantito y ver alternativas.
Que no miren esto como una reducción de votos para las próximas elecciones, sino como darle una mejor planificación a la vida diaria de los capitalinos.
No se trata de ofender a quienes le patentizan su fe a la Virgen de Guadalupe. No para nada; cada quien es libre de ser devoto de lo que quieran; de lo que se trata es de poner orden, porque, así como los guadalupanos tienen la libertad de creer, los que no creen o no les gusta ser partícipes de eso, también la tienen la libertad de circular en la ciudad sin que eso de vuelva un problema.
EN CINCO PALABRAS.- Piénsenlo, no les cuesta nada.
PUNTO FINAL.- “No es que odien, lo que pasa es que no saben querer”: Cirilo Stofenmacher.
X: @Mauri_Zapata
