Revisando lo sembrado, surco a surco y parcela por parcela, durante las últimas jornadas de trabajo en el campo, los agricultores hemos encontrado la presencia alarmante de plagas que afectan las siembras en la región.
Primero, hace algunas semanas detectamos la presencia de gusano cogollero en maíz y ahora el gusano conocido como soldado, que al observarse, vemos a un inofensivo insecto, que al no combatirse provoca severos daños en los cultivos como el sorgo. El otro, el gusano quemador que se ha encontrado en pastos como el buffel y variedades.
Estos animalitos ocasionan daños en el follaje de las plantas, algunas larvas de estos se alimentan de las hojas del cultivo por la noche y se ocultan de día bajo sus escombros.
Más adelante, vendrá el pulgón amarillo, un pequeño insecto que llegó para quedarse; y aunque los híbridos actuales sean modificados e innovados con cierta tolerancia, lo cierto es que los productores no nos salvaremos de tenerlo en el cultivo.
La principal afectación que realiza es que mediante su alto índice de reproducción en grandes colonias, este animalito de apenas un milímetro de tamaño, consume la savia de la hoja, lo que es el jugo que alimenta la planta, vive en el envés de la misma, es decir, por la parte de abajo de las hojas del sorgo, lo que le protege del sol y de cualquier insecticida de contacto.
En los sorgos más avanzados, los cuales están empezando la floración, debemos estar atentos por la posible presencia de la mosquita del sorgo o mosca midge, esta es una de las plagas más comunes y que, a la vez, causa más daño a la producción, ya que afecta directamente la panoja o flor del sorgo.
Comentan los experimentados productores agrícolas que la intensa sequía que se ha dejado sentir últimamente es una de las principales causas de la presencia de las plagas. Lo dicen en estricto apego a la experiencia que por años van adquiriendo en la preparación y siembra de sus parcelas.
Comentan que el sorgo sembrado en seco, es decir, sin humedad en la tierra, es más propenso a presentar cogollero o soldado, dicen que porque el insecto se hospeda en la hierba o en la misma tierra.
Los intentos de control mediante la liberación de insectos benéficos como la crisopa con el propósito de hacer un ejercicio de prevención y contener el desborde de la plaga, han quedado atrás.
Es importante que todos los productores tengan en claro que cualquiera de estas plagas es capaz de devorar la totalidad del cultivo si no se atiende oportunamente.
También es de reconocer que existen en la región productores que sin la mayor preocupación atienden la contingencia y las combaten; lo complicado lo encuentran los compañeros que tienen dificultades como la falta de equipo y principalmente recursos para la compra de insecticidas, agroquímicos, etcétera, que cada ciclo son más caros.
Las compras consolidadas de los productos químicos que los combate, cuyos ingredientes activos son la cipermetrina y el imidacloprid, subsidiar una parte del costo y entregarlo de manera urgente a los agricultores, puede ser una magnífica acción de gobierno, que con creatividad, los ayuntamientos pudieran implementar, ya que son acciones focalizadas.
Hoy, ante el escenario que viven los agricultores, los verdaderos ganadores de esta actividad son los vendedores de insumos, los acopiadores y consumidores finales.
Este ciclo agrícola para el gobierno es la oportunidad para demostrar el compromiso con el campo, sabemos que no hay dinero que alcance, pero con imaginación y afecto financiero se pueden lograr muchas cosas.
Hoy, lo único que se escucha fuerte en los caminos, brechas y entre los surcos es “abusados señores, otra vez, ahí viene la plaga”
Hasta la próxima.
Ángel Lara
