abril 20, 2025
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María José Zorrilla

Las trampas de la mercadotecnia

diciembre 15, 2024 | 248 vistas

María José Zorrilla

 

Marketing en su concepto más amplio ha dado un giro interesante desde la aparición de la era digital. Los expertos en su manejo han logrado asombrosos cambios incluso en el comportamiento del cliente hacia mercancías que en un gran porcentaje hoy día se adquieren vía internet desde la comodidad del hogar. Amazon y Mercado Libre en este lado del planeta son de lo más popular y para muchos también la plataforma Temu.

Si consideramos que el marketing moderno busca conectar a las marcas con sus clientes para impulsar buenos resultados como lo sugerían aquellas primeras clases de mercadotecnia donde el AIDA se hacía presente, atención, interés, deseo y acción o adquisición, ahora no difieren mucho esos cuatro objetivos pero la forma de lanzar el primer gancho es bastante más creativa, agresiva e incluso punitiva si pierdes la oportunidad de realizar la compra si no lo efectúas dentro de un margen de 15 minutos.  Especialista en esa presión es el famoso gigante chino Temu del que he caído ingenuamente en sus temibles redes por compulsión a comprar algo en super oferta. Se te escapa la oportunidad si no lo haces en el momento. En realidad, no culpo a Temu que a veces te sale con productos tamaño “Liliput”, pero uno mismo va cayendo en la trampa por gusto propio en un estado como de euforia por adquirir más a menos precio. Técnica similar que utilizan almacenes, líneas aéreas, hoteles y plataformas digitales al disponer de un día determinado con descuentos increíbles para alentar las ventas y la compra compulsiva. Luego salen las sorpresas, la maleta no estaba incluida, la tela por ese precio no podría ser de buena calidad, el cuarto de hotel sólo tales días y el qué esperabas por tan poco. Es sabido que el marketing moderno es una metodología muy especializada en la que se valen de todo tipo de estrategias como la propia inteligencia artificial que ya está jugando un papel importante para segmentar las personas de acuerdo a gustos y preferencias. No es casual que si buscas un artículo en internet luego te aparecen anuncios sobre lo que has mostrado interés.

No obstante, sorprende más cuando se trata de mercadotecnia directa en un supermercado donde anuncian un producto de manera engañosa para atraer la atención del cliente e impulsar la compra. Ayer fui a un Soriana que tenía un atractivo anuncio arriba de una gran pirámide de chocolates Ferrero Rocher que decía 70% de descuento en chocolates navideños y de importación en la compra de la segunda caja. Ante tan irresistible oferta, empecé a llenar el carrito con numerosas cajas de todos tamaños para obsequiar a medio mundo. Era la oportunidad de mostrar aprecio y agradecimiento con buenos precios. Al llegar a la caja la cuenta de aquellos chocolates era enorme, la misma chica me dijo estos no tienen descuento. Pero cómo, inquirí, entonces cuáles son los que tienen descuento. Los navideños contestó. Cuáles son esos. Los que tienen moño y envoltura diferente que eran la gran minoría y los demás de la pirámide carecían de tales características y venían en su empaque original. Al hacer las cuentas del número de chocolates de los “navideños” resultaba casi irrisorio el descuento. Me dio tanto coraje que solo compré un pinito navideño con no más de 16 chocolates que debía llevar a una comida para no llegar con las manos vacías, devolví las demás cajas y no aproveché el “gran descuento” para un segundo pinito. A la salida le comenté a la encargada lo engañoso de esa publicidad y me quedé pensando si en estricto y correcto español estaba bien escrita la promoción. Acaso significaba que había descuento en los navideños y “también” en los de importación o que los chocolates eran navideños y “de paso también eran” de importación. Esa “y” cambia totalmente el sentido de la frase. A veces el manejo del español debiera servirnos para no confundir el sentido de las palabras porque tal vez haya personas que cuando la cuenta no es muy grande y después de hacer tremenda cola, deciden comprarlos al precio que sean. En época navideña con la emotividad a flor de piel, hay que tener más cuidado porque somos más susceptibles de caer presa de las trampas de la muy a menudo engañosa mercadotecnia.

 

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