noviembre 23, 2024
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Ana Medina

Libros de Texto Gratuitos (parte 2)

julio 28, 2023 | 301 vistas

En los últimos meses se ha criticado, como lo comentaba en la columna anterior, las exigencias hacia el magisterio y la organización de los nuevos libros de texto; si bien estos están elaborados e ilustrados para adaptarse al nuevo contexto, la verdad es que si la escuela no ha logrado entender la estructura del plan sintético y la construcción de un verdadero plan analítico será muy difícil la utilización de estos libros.

Lo hemos visto en los CTEs, ¿Cuántas escuelas tienen ya su plan anual? ¿Cuántos docentes empezaron al cierre del ciclo escolar a construir su planeación? Los menos, porque obviamente nos falta conocer a los alumnos que integrarán el grupo, hacer el diagnóstico y a partir de ahí comenzar a trabajar con nuestro nuevo grupo.

Este año todo será nuevo. El plan, el libro, el contenido, etcétera. Lo único estable siempre ha sido la enseñanza de la lecto escritura y las matemáticas y la verdad es que no tener un libro específico para ello es un desacierto, lo repito.

No se pierde solo la tradición (como lo he leído en algunos post), sino que se reduce la importancia de una asignatura básica para la formación de nuestros alumnos. Estos libros me recuerdan un poco a aquellas enciclopedias “En Carta” que existían antes de wikipedia y contenían información de todo un poco, pues así es la organización de las cápsulas didácticas.

Si bien la idea de NEM es que el maestro trabaje en proyectos con los alumnos y que se involucren, conozcan y resuelvan problemas sociales mientras aprenden no es negativa, la verdad es que siento que el aprendizaje del español y las matemáticas queda en segundo plano, cuando en realidad son los aprendizajes fundamentales sobre los que el docente está centrado.

El docente tiene la libertad de seleccionar las cápsulas que necesite para su proyecto y esto brinda una mayor autonomía de trabajo, pero no es posible encontrar un enfoque sistemático sobre los temas específicos para la enseñanza de la lectura, escritura y razonamiento matemático.

Yo me pregunto… ¿será que mi enseñanza es demasiado tradicionalista y está por quedar obsoleta?

Continuando con el libro de matemáticas para primer grado, técnicamente los nuevos libros aportan algunas páginas dedicadas a la enseñanza de estos conceptos básicos, pero ya no hay espacios para resolver ejercicios y problemas matemáticos o sea que ahora los haremos en el cuaderno a priori. A ver cómo nos va.

¿Por qué me preocupan las matemáticas?

Simple y llanamente porque es la base de muchos otros aprendizajes, porque operar con los números y resolver problemas no es algo que se aprenda de la noche a la mañana y ya. Desde que empezaron a “satanizar” la memorización de las tablas de multiplicar las cosas empezaron a ir mal. Para aprender matemáticas hay que ejercitar lo aprendido de diferentes maneras hasta lograr la destreza necesaria para resolver cualquier problema similar de manera asertiva.

Ahora bien, no está mal que no haya materias definidas. Pero los contenidos y la responsabilidad de la enseñanza de los alumnos ahora sí recaen enteramente en los hombros del docente.

Lo que se trata es no solo transmitir conocimientos, estamos acercándonos cada vez más a la crítica del educador Paulo Freire en la Pedagogía del oprimido hacia la educación tradicional de los opresores, donde el maestro es el sujeto de la educación y el educando es el receptor que recibe todos los contenidos de la sabiduría, eso lo entiendo y lo aplaudo. Pero las matemáticas y la lecto-escritura son saberes universales que nada tienen que ver con una filosofía o con la política.

El problema es que si el docente no tiene la capacidad de discernir entre los aprendizajes necesarios para sus alumnos (y que lamentablemente hay compañeros que no tienen esa capacidad cognitiva) la afectación a la educación será amplia y desastrosa. La brecha de aprovechamiento escolar seguirá aumentando y ahora sí definitivamente dependerá de la escuela y del docente. Las matemáticas, la lectura y la escritura y el “aprender a pensar” están en nuestras manos.

No es dramatismo.

Me preocupa realmente que no se incluyan materias concretas en los libros y aunque estimular una aproximación intuitiva a la realidad a través de los proyectos sociocríticos es un pensamiento apropiado al contexto por el que está viviendo hoy el país, lo preocupante es que es una ideología en la que no cabe el aspiracionismo y no sé si tampoco el método científico. Ahora sí, los alumnos seguirán pasando de grado con mayor facilidad (nunca he estado de acuerdo con no reprobar), pero desde mi punto de vista sigue siendo indispensable evaluar el aprovechamiento escolar.

Pero bueno, ese es otro tema.

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