Si a usted le gusta navegar en los pantanos de corrupción, y no quiere pagar el consumo de agua potable por el resto de sus días, tiene una solución rápida y efectiva, aunque le cueste un pesillo.
Basta contactar a un sindicalizado de las Comapas que, por “una módica suma” le instalará toma clandestina en menos de lo que canta un gallo.
El enlace llevará una “mano de chango” para hacer el hoyo, hará la conexión a la red y volverá a tapar sin dejar rastro alguno en la administración del organismo operador. Lo que sigue es agua a discreción.
Duele saberlo, pero es la corrupción que la autoridad ha permitido a los sindicatos cetemistas.
Es plausible que el gobierno de Américo Villarreal haya iniciado el análisis y viabilidad de recuperar 27 Comapas, ahora en poder de los ayuntamientos, donde la corrupción sigue galopando.
Pronunciar el nombre de las Comisiones Municipales de Agua Potable y Alcantarillado es sinónimo de corrupción, transas, ineficiencia y agandalle de los líderes sindicales.
También impunidad porque ningún gerente o funcionario (fuera de Goyo Zúñiga, en Victoria, hace 50 años), en ninguna época, ha sido enjuiciado o caído al bote por corrupción.
Aparejado a la reincorporación de los que faltan debe ir la cancelación de los contratos colectivos con la CTM, para afiliar a los trabajadores al régimen de la burocracia, donde deben estar.
El mayor daño a los operadores es el causado por los sindicalizados que hacen transas sin que nadie los moleste. No los pueden despedir y menos consignar a la autoridad. Sería meterse en una gran bronca.
No causó sorpresa el anuncio del jefe de Recursos Hidráulicos, Raúl Quiroga Álvarez, de recuperar las Comisiones que faltan para tratar de enderezar el barco de sus finanzas. Están en quiebra y deben impuestos y seguridad social, a proveedores, a todo mundo le deben.
Américo sabe que la ciudadanía exige cuentas claras. Las Comapas ya no pueden ser “cajas chicas” de nadie.
En Tamaulipas hay 38 Comisiones, once dependen del Gobierno del Estado y 27 paramunicipales. La menos peor es la de Nuevo Laredo.
Son del Estado: Río Bravo, Zona Conurbada del Sur, Mainero, Guémez, Casas, San Carlos, Méndez, Llera, Padilla, Cruillas y Miquihuana.
El panismo quiso quedarse con todos los operadores. Los hermanos Cabeza desistieron luego de saber que, en su mayoría, no dejaban lana y sí problemas.
Por lo que dijo el señor Quiroga, el tema va en serio. El ejecutivo deberá enviar iniciativa al Congreso del Estado para autorizar convenios de operación con los ayuntamientos, considerando que prestar el servicio de agua y saneamiento es una función de los municipios, según la Carta Magna.
Usted se preguntará ¿por qué hay estatales y municipales? La respuesta es que dependían del gobierno, pero, en su momento, se pidió opinión a los alcaldes de si querían la administración. Muchos respondieron que sí.
Hoy son un mugrero. Hay un círculo vicioso, fallan en el suministro del vital líquido, y la ciudadanía falla en el pago.
Aunque la Ley permite la “reducción” del servicio a los deudores, ninguna Comapa lo suspende, ni estatales ni municipales.
Estatizar las restantes 27 sería un gran logro, incorporando simultáneamente a los trabajadores a los gremios burocráticos y desapareciendo los leoninos contratos cetemistas. Esperamos que así sea.
Cambiando de tema, de las 52 delegaciones en territorio, hay algunas que por su especialización no requieren la venia la jerarquía estatal, pero la mayoría sí, como Sebien, Comunicaciones, Imss, Issste, Infonavit, Economía. El barco tiene que jalar para el mismo lado.
Le dimos una “vueltecita” a los antecedentes políticos del señor Villafranca, y lo encontramos como Jefe de la Junta de Reclutamiento en el gobierno de Oscar Almaraz Smer, en Victoria; jefe administrativo del PRI, y “secretario privado del Secretario General de Gobierno 2014-2016”.
El 18 de febrero del 2020 ingresó como subdelegado del Instituto Nacional de Migración en Victoria. La chambita le duró poco. Cobró hasta diciembre del mismo año. Le pagaban 20 mil pesillos, según su declaración a la secretaría de la Función Pública.
Se le olvida al cuñado de Cabeza de Vaca que en Tamaulipas el equipo de la 4T empuja para el mismo lado. Desde ahora puede afirmarse que el lasallista al que le gusta conducir Tacomas, está noqueado. Lo besaron los Demonios gringos.