Ma. Teresa Medina Marroquín.-
La decisión trascendida en las últimas horas por el ex gobernador Eugenio Hernández Flores de postularse como candidato a senador bajo las siglas del Partido Verde Ecologista (PVEM), acompañado en la segunda fórmula por la ex alcaldesa de Reynosa, Maki Ortiz, comenzó a generar un ambiente cargado de opiniones y sobresaltos de la oposición como de la misma coalición Morena-PT-Verde.
Una de ellas apunta a que la cancelación del convenio entre Morena y PVEM, podría verse entre la opinión pública como una ruptura que inicia en Tamaulipas, aunque otros suponen que nada de eso es cierto.
Esto es, que se trata de estrategias inteligentes con supuestos explicados, por ejemplo, el de Olga Sosa Ruiz, la secretaria del Trabajo que irá en fórmula, también al Senado, con el “JR” José Ramón Gómez Leal, y que aduce ganarán ambos escaños para Morena.
Esta funcionaria posee una visión muy positiva al inferir que la dupla Geño-Maki fortalecería, en vez de fracturar la coalición, el voto en favor de Claudia Sheinbaum en la Cámara Alta.
Mirar el vaso “medio lleno”, como lo hace Sosa, es una muestra de que a pesar de que Morena enfrentará en Tamaulipas muchas turbulencias, su perspectiva hace ver a los morenistas con un espíritu competitivo y capaz de darle continuidad a la multiplicación democrática.
Quieren decir que todo lo que Andrés Manuel López Obrador no pudo consolidar en su gobierno, tendrá seguimiento con Sheinbaum.
Y es que los morenistas, como AMLO en sus mañaneras, siempre han esgrimido que los obstáculos e hipocresías del PRIAN, han propiciado un sabotaje contra la 4T.
DEMOCRACIA Y VIOLENCIA; UN CONTRASTE IRRACIONAL
Aquí no me toca discutir un tema tan complicado, pero sí presentar de alguna manera las opciones electorales y no la guerra entre partidos que velan siempre por sus intereses, que por un escenario local, estatal y nacional donde el voto permitirá otros senderos que, a su vez, lleven a la población a un mundo no conocido, del que se dice, siempre nos mantuvieron distantes, y por cuya causa el PRIAN no parece suscitar grandes emociones entre los 100 millones de ciudadanos listos para ir el 2 de junio a emitir su decisión electoral.
Y no que sea exactamente un pase de factura por tantos años que tuvieron a la gente en la “dictadura perfecta”, pues el sistema que diseñó la Presidencia Imperial, criticada por Enrique Krauze, no lo permitió.
¿Qué se quiere decir?
¿Que el pueblo mexicano es rencoroso y que por tales antecedentes no llegará Xóchitl Gálvez a Palacio Nacional, y en Tamaulipas los candidatos del PRIAN, ahí tiene usted a Imelda Sanmiguel y Arturo Núñez, sus talentos tampoco les permitirán alcanzar siquiera un solo escaño senatorial?
Se habla incluso de una lógica, es decir, no existe punto de comparación entre ambas fórmulas, la de Olga Sosa y JR, y la de Imelda Sanmiguel y Arturo Núñez. O la de Geño y Maki con los mismos opositores.
Y es que, por favor, simplemente no hay un solo escenario en que estos dos últimos personajes opositores gocen del apoyo ciudadano.
No obstante, a pesar de una eventual popularidad, de unos y otros, todavía escasea mucho donde, sean opositores o del partido en el poder, gestionen junto con quien gobierna las mejores condiciones de vida para la población.
Un caso ejemplar es el del senador Damián Zepeda, ex presidente del PAN nacional, que reconoce que Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto fracasaron en materia de seguridad, por lo que votará a favor de las reformas que el presidente López Obrador proponga al Congreso de la Unión.
Siendo los policías municipales y estatales los que verían sustancialmente mejoradas sus prestaciones laborales, redundando eso en favor de la ciudadanía.
Eso es lo que el pueblo quiere ver. Una democracia productiva entre oficialistas y opositores, y no la maldita guerra.
Ese país es el que ya nadie quiere ver, el de los enfrentamientos y los odios, desatando todas las violencias que ya suman la pavorosa cifra récord de 179 mil 165 homicidios, en lo que va del sexenio federal.
¡Feliz fin de semana!
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