Cada Presidente le pone su sello a la política educativa de los mexicanos.
Así ha sido desde que Adolfo López Mateos inventó los libros de texto gratuitos. Y lo hizo para eso: para educar según su visión de la historia del país y el futuro del mismo.
Los libros de texto siempre han sido una porquería.
Nos han enseñado, por ejemplo, que verdaderos bandidos fueron héroes, como Zapata y Villa. A pusilánimes como ejemplos de democracia.
Y a verdaderos héroes que hicieron mucho por el país como Porfirio Díaz y Agustín de Iturbide nos los vendieron como villanos.
Episodios como la revolución la romantizaron como un hecho que cambió a México hacia mejores rumbos, cuando fue ese lapso uno de los de más atraso, conflicto y desestabilización tuvo México.
Nos enseñaron un Civismo que nada tuvo que ver con el desarrollo y cultura de esta nación.
Vimos aquellas matemáticas que apenas nos enseñaron a sumar, multiplicar y dividir.
Unas ciencias naturales que era lo más moderno, pero jamás entendimos la realidad de las cosas.
Poco a poco iban modernizándose, pero en realidad nunca fueron un ejemplo de buena enseñanza.
Eso sí, hubo gente como don Justo Sierra, José Vanscocelos, Jaime Torres Bodet y Narciso Bassols, que en realidad sí trataron de hacer un cambio educativo.
Ahora fueron un par de izquierdistas adoctrinados en el Venezuela chavista quienes redactaron los polémicos libros.
El asunto es que ni tanto que queme al santo ni tanto que no lo alumbre, es decir, que mucho del contenido de los textos pueden llegar a forjar cerebros, porque mucho depende de lo que hagan, digan y expliquen los maestros, muchos de ellos de la vieja escuela.
Lo cierto es que los libros de texto de la SEP nunca serán una buena referencia para la educación de los mexicanos.
Lo importante es no dejarle a la escuela el cien por ciento de la educación del futuro del país. Mucho depende de casa y de la ideología que tengan los padres.
Habrá ‘chairos’ y habrá ‘fifís’ y de ahí la lejanía o cercanía del adoctrinamiento.
EN CINCO PALABRAS.- Deben enseñar a leer, leer.
PUNTO FINAL.- “Son un simulacro de ellos mismos”: Cirilo Stofenmacher.
Twitter: @Mauri_Zapata
