Ah qué relajo traen con lo de los libros de texto gratuitos de la SEP.
Los ‘AMLOvers’ dicen que es lo mejor del ‘mundo mundial’ y que ahora sí, los niños van a aprender lo que nunca se aprendió en más medio siglo, desde que se introdujeron a la educación básica.
Por su parte los opositores los han satanizado y dicen que es lo peor de lo peor en un siglo.
En el primer caso, no tienen razón, por el simple hecho de que hay una gran opacidad, sobre todo en saber quiénes participaron en la elaboración de los contenidos.
Los segundos, pues… como dijera la señora Vilchis de las ‘Mañaneras’: es cierto, pero se exagera.
Lo que sí es un hecho es que está plagado de errores, no solo pedagógicos, sino en la estructura de los contenidos, es decir, trae muchísimos errores de dedo, ortográficos y de sintaxis.
Las caras que han dado, son dos tipos que trabajaron para el gobierno de Venezuela, así que traen el tema del adoctrinamiento muy metido en su ideología.
Hay que reconocer que los libros de texto gratuitos de la SEP nunca han sido los mejores.
Por ejemplo, en temas de historia, siempre fueron muy románticos y trataron a los acontecimientos del país como un mundo color de rosa.
Pero ahora, hay hasta frases que usa nuestro señor presidente (así con minúsculas) como: “fifí”, “conservadurismo”, “neoliberalismo”, “mafia del poder” y otras que, en sus shows matutinos suele utilizar para maltratar a quienes no piensan lo que él quiere que piensen.
La historia la trata tal y como él la ve y quiere que la vean.
No hay un sistema pedagógico para el tratamiento de algunos temas, y, aunque digan que sí, no se puede saber porque hasta eso reservaron para no pedir informes.
Una especialista en temas psicológicos y pedagógicos me comentaba que, por ejemplo, el tema de la masturbación para niños de nueve y diez años, está mal planteado, porque no están en edad mental para ver esos rubros. Que todo debe ir paso a paso.
Los libros de texto no son modernos, sino ideológicos. No educan, adoctrinan. No enseñan, fanatizan. No culturizan, rompen esquemas en busca de adeptos políticos.
Y basta ver el tipo de comentarios que hacen los autores intelectuales en sus redes para establecer que esos libros no son de texto, sino ‘detesto’.
EN CINCO PALABRAS.- Están viendo y no ven.
PUNTO FINAL.- “Creen que porque saben leer y escribir, saben leer y escribir”: Cirilo Stofenmacher.
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