Los profesores no aprendieron la lección de 1996 en que fueron utilizados como “carne de cañón” por las huestes de izquierda, PRD por delante.
A 27 años de distancia vuelven a usarlos, ahora la dirigencia sindical y los partidos de derecha encabezados por el PAN, que ya tiene metida mano y pata para azuzar el conflicto en contra del Gobierno del Estado.
Hasta un arroz ya muy chamuscado, Francisco Chavira Martínez, trata de pescar en las revueltas aguas magisteriales que, fieles a su pastor, mantienen paralizada la educación en Tamaulipas.
No aprendieron la experiencia de la primavera del 96’. Por segunda ocasión se van en masa a un “paro loco” que no les garantiza beneficios directos, fuera de prolongar sus vacaciones veraniegas.
En aquella ocasión estuvieron de picnic por espacio de 25 días, posesionados de la Plaza de la Constitución -Palacio de Gobierno- pidiendo como demanda “madre” un aumento salarial del 100 por ciento.
Hoy, después de cinco días, siguen el mismo camino con otro absurdo: La destitución de la jefa de Educación, Lucía Aimé Castillo.
Buscan interrumpir la ceremonia del Grito de Independencia, 15 por la noche, como si Tamaulipas fuera ciudad Victoria. El Gobernador se puede trasladar a otra ciudad.
En los noventas no pudieron “doblar” al Gobernador Manuel Cavazos Lerma ni al secretario de Educación, “El Chino” García García, aunque rebasaron la dirigencia formal de Jaime Medellín Cepeda, secretario de la sección 30 del SNTE.
Con seguridad, en esta réplica no podrán someter al primer gobierno de la 4T en Tamaulipas. El Gobernador AVA fue a visitarlos a su “cueva” en la calzada de Tamatán, donde bailan y dan rienda suelta a pasiones mundanas, para pedirles que regresen a clases. No le plantearon nada.
¿Cuál será el desenlace? Nos preguntan. Una primera respuesta es que volverán a ser utilizados políticamente. En la primera vez el gobierno del Estado consiguió con Doña Fede un préstamo de 27 millones para pagarles. El 10 de junio se fueron bailando en una pata.
En esta, en 25 o 30 días, gastados y desgastados podrán volver a las aulas sin cumplir el capricho de su guía.
Al menos disfrutan el asueto. Como en 1996, levantaron carpas playeras y la mayor parte utilizan vestimenta de “día de campo”. Para “matar el tiempo” pueden ponerse a “pesar” -estilo San Fernando- en su imaginaria laguna en la Plaza de las Constitución.
En mayo del 96’ rebasaron al líder Jaime Medellín Cepeda. Tomaron los mandos Arturo Sánchez Castillo y José Soto Ugalde auxiliados por un Comité de Lucha infiltrado por la izquierda decadente. Hoy es la propia sección 30 del SNTE la que obliga a los profes a suspender clases.
Si pedir aumento salarial es legítimo, no lo es querer escoger a quién quieren de jefe, o jefa.
Los caminos que sigue este movimiento son paralelos, con la diferencia de que el Gobernador Américo -en comparación con Cavazos- si fue a enfrentar al lobo a su guarida, sin pláticas privadas y, lo que encontró, fue la confirmación de que el asunto es político.
Hay visos que no se dará un pronto arreglo, sabiendo que siguen la vereda sin retorno: Endurecer medidas de presión, desconocer a los negociadores estatales y trasladar la mesa de pláticas a la ciudad de México, donde “morirá” su movimiento.
Es una pena que los profes, que se jactan de ser una organización de “pensantes”, sean utilizados como carne de cañón desde que se constituyeron como sindicato. Han pasado una sucesión de cacicazgos -de Jesús Robles Martínez, a Carlos Jonguitud Barrios y Elba Esther Gordillo- y ellos pegados al yugo.
Y cómo olvidar el cacicazgo estatal de Jesús Cervantes Sánchez, camino que hoy quiere tomar Arnulfo Rodríguez con sus dos veces guía moral de los profesores.
Como hace 27 años los que perderán serán los niños por sus bajos niveles de aprendizaje. Los profesores todos ganan, cobrarán sin trabajar y hasta prolongarán sus vacaciones, estas posiblemente sí pagadas por la sección 30.
Por el Campus de la UAT, decir que indicaciones del Rector Guillermo Mendoza Cavazos, está en marcha el proceso de certificación de las Bibliotecas Centrales de Tampico y Victoria, con la finalidad de fortalecer la calidad de los servicios que ofrecen. El conducto es el Consejo de Acreditación de la Comunicación y las Ciencias Sociales, A.C. (Conac).