Hace buen rato que no asistía a un evento gubernamental: ayer fui al evento que organizo la delegación de los programas sociales del gobierno federal en la entidad. Fue para entregar las tarjetas del programa Jóvenes Construyendo el Futuro. Creo que nadie, pero nadie, puede discutir la nobleza del programa porque hay una realidad económica y laboral: la creación de fuentes de empleo no va aparejado con el crecimiento y desarrollo de la fuerza laboral.
En este caso, vale consignar que dicho programa tiene directrices muy específicas: que sean jóvenes de18 a 29 años, que no tengan en este momento un trabajo y que tampoco sean estudiantes. En pocas palabras, vale recordar la expresión de “ninis”: que ni trabajan ni estudian. Pero que no hacen, ni lo uno ni lo otro, por decisión personal. Son el resultado de las incongruencias del sistema educativo como del laboral. En pocas palabras, están así, porque se les ha fallado. Más de mil jóvenes fueron testigos del evento.
PREOCUPACION DE AMLO
Si alguien conoce la realidad social, económica y política del país es el presidente AMLO. Por eso, su política social es global: adultos mayores, hombres y mujeres, y de manera especial los jóvenes. Y una realidad es que hay jóvenes que terminan sus estudios, y no tienen trabajo; otros, no concluyeron sus estudios, pero no logran obtener un empleo porque no cuenta con la experiencia que siempre piden los empleadores. La dinámica del sistema económico, del sistema empleador, no les abre las puertas.
La preocupación de AMLO por la juventud, que ni trabaja ni estudia, es compartida por muchos. La cuestión es muy simple: el acceso al sistema laboral crea un problema mayor, que tiene su mayor impacto en la familia y, entiéndase, en los jóvenes que viven esta situación: están sin oportunidad de ser parte de la vida productiva del país o de la región, sea estatal o municipal.
DOBLE BENEFICIO
En la práctica, el programa Jóvenes Construyendo el Futuro tiene un doble beneficio. Por un lado, favorece a los jóvenes que, durante 12 meses, van a recibir un apoyo mensual de siete mil 500 pesos. Según la explicación es un salario mínimo; una especie de salario para que se capaciten y, al mismo tiempo, adquieran nuevas habilidades para trabajar, también puedan construir lo que se conoce como “experiencia laboral”. Los jóvenes ahí reunidos, sin la menor duda, quedaran muy agradecidos con el Presidente. Por eso con AMLO, porque les hace realidad un sueño.
El otro beneficiario es el empleador. El patrón que, se entiende, requiere de personal, pero no lo puede pagar; recibe, de esta manera, un subsidio al trabajo que le facilite desarrollar sus tareas comerciales o empresarial. Así, el programa, también contribuye a reactivar la economía local, puesto que se informa que el 99 de los municipios del país son receptores de este beneficio gubernamental. Ahí, presente, Gerardo Assad de la Concanaco, fue testigo del ánimo de la juventud, del compromiso del gobierno federal. Bien lo dice el poeta: se hace camino al andar.
EL MENSAJE
Conozco muy poco al delegado: cuando fue Presidente de Güémez dos o tres veces lo saludé en El Roble. No conozco su formación profesional, se le etiqueta como profesor, y me sorprendió su mensaje a los jóvenes: me hizo recordar a Salvador Allende, quien fue Presidente de Chile, asesinado, y que en un viaje a México exclamó: ser joven y no ser revolucionario, es una contradicción. El funcionario local dijo “contrariedad”, pero indica que algo conoce de ideología política.
Señaló que los programas sociales siempre han existido. Tiene razón y recordó su juventud, de cómo eran usados por el partido oficial (no lo dijo explícitamente) en las campañas electorales. Advirtió que ahora con AMLO los programas sociales son más intensos y los beneficios se entregan de manera directa. Basta recordar la naturaleza de la estafa maestra: se desviaron, no miles, millones de pesos, de los programas sociales… esto, sin duda, debió ser una constante en los gobiernos priistas y panistas, de la época neoliberal. No llegaban completos a los beneficiarios, que eran usados como clientela electoral.
HUMANISMO PUBLICO
Hay muchas formas de explicar, o de etiquetar, a las acciones gubernamentales. Una de ellas, es señalar que en Tamaulipas hay un gobierno humanista. Así lo dice el discurso y, tarde o temprano, los hechos van a confrontar la realidad pública. Si el gobierno es humanista, sus acciones deben confirmarlo… al menos, por lo pronto, los “ninis” tamaulipecos lo confirman.