noviembre 23, 2024
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Melitón Guevara Castillo

Los números

octubre 14, 2024 | 127 vistas

Los números son importantes, muy significativos, para la vida humana. Marcan nuestra vida: nos dicen, por ejemplo, nuestra edad; nos indican cuan lejos estamos, a veces, de nuestros seres queridos; los números dan cuenta, también, de lo que ganamos y de lo que gastamos; determinan si nuestra familia es grande o pequeña; nos dan una idea si somos grandes o de estatura pequeña. En otras palabras, es difícil concebir la vida sin los números.

Los números son importantes, por eso, por su utilidad hay clases en la escuela para que aprendamos su utilidad. La aritmética, las matemáticas, el álgebra, la estadística, matemáticas aplicadas, entre otros, son las materias que se imparten en la escuela y universidad. Sin embargo, hay una realidad: los mexicanos, en general, estamos reprobados en matemáticas, al menos así lo indican algunas pruebas que, con cierta frecuencia, se aplican a los estudiantes.

 

ENSEÑÓ A RAZONAR

Mi generación estudiantil conoció a Clemente Bautista, maestro de matemáticas de los Cebetis y las escuelas preparatorias. Bien que lo conocí, y un día me explicó una anécdota que le sucedió en la Escuela Preparatoria Federalizada. De esas veces que un día, el director quiere mejorar el nivel, así que lo contrató. Inició sus clases, un poco escéptico, porque era la primera incursión en ese tipo de preparatorias. Todo iba bien, explicaba y hacían los problemas, hasta que tuvo que aplicar el primer examen.

Fue una experiencia atroz. Terminó el examen y se retiró a su casa. Sin embargo, ya por la tarde, le habla el director y le explica que recibió una queja de sus alumnos. Resulta que la queja era muy simple: que en el examen no puso ninguno de los ejemplos o problemas que se vieron en clase. Su respuesta fue muy simple: los números, la aritmética como el álgebra o la estadística son herramientas para pensar, razonar y resolver problemas. No escuchó las recomendaciones y consejos, prefirió renunciar.

 

PEDRO, EL ALBAÑIL

Pedro es un albañil, lo conocí hace tiempo. Fue uno de los que hicieron una remodelación de mi casa. Al paso del tiempo, regresó a la casa: su hija, primer lugar en la secundaria, había presentado examen en el Cebetis y tenía miedo que no lo pasara. El momento fue la oportunidad para conocer algo de su vida: él no había ido a la escuela, solo hizo un par de años de la primaria, por eso estaba muy interesado en que su hija continuara estudiando. Y me sorprendió su confesión de lo que hizo para ser un maistro albañil.

Un maistro albañil requiere hacer algunas operaciones de aritmética, más allá de las operaciones básicas. Así que fue al Conafe, habló con uno de los instructores y le pidió que le diera algunas explicaciones: así aprendió a sacar el área, dato que requiere para algunos de sus trabajos; también a cubicar… así, como albañil, trabajando como, logró sacar adelante a sus hijos. Hasta donde sé, ahora son profesionales, uno de ellos de la contaduría.

 

INTELIGENCIA ARTIFICIAL

En uno de los memes de redes sociales hay uno muy quisquilloso. No recuerdo si es de Mafalda. Le preguntan que, si tiene miedo del avance de la inteligencia artificial y su respuesta, tengo más miedo del retroceso de la inteligencia natural. Y es, esa precisamente, la cuestión: las matemáticas han sufrido una constante evolución en su enseñanza, y el resultado es que, cada día, estamos peor en esa área: al menos es lo que indican los resultados de los exámenes… son garbanzos de a libra, eso que hay niños mexicanos que ganan concursos internacionales de matemáticas.

Hay una realidad palpable, evidente: en más de una ocasión me ha tocado ver cómo, niños, adolescente y hasta jóvenes, no tienen capacidad para hacer las operaciones más elementales de la aritmética. Si no me cree, ponga atención, estimado lector, en los Oxxos…

Al hacer un pago, el empleado usa una calculadora para restar, para saber cuánto nos tiene que dar de cambio. Un día, hice un pago de mercado libre y quien me atendía le pregunta a su compañero: como se escribe, por decir, mil cuatrocientos treinta pesos.

 

ANALFABETAS

Desde la época del Porfiriato, nos han dicho que el mejor ciudadano es el que no sabe leer ni escribir, es decir, el analfabeto; pero hoy en día, todo hace indicar, hay un sendero, un camino, a procurar que las nuevas generaciones piensen menos, que su capacidad de razonar no sea tan efectiva… Hoy muchos somos analfabetos de las nuevas tecnologías y, además, el avance de las mismas cada vez nos hace más dependientes… la IA resuelve tareas y da explicaciones, sin necesidad de pensar.

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