Por Melitón Guevara Castillo.-
El plantón magisterial siempre tuvo una razón de existir, independientemente de ambiciones políticas de unos y otros; la problemática educativa son los renglones torcidos de la educación tamaulipeca. Para darnos una idea, aunque sea superficial, basta con platicar con uno u otro profesor, y que nos cuente sus odiseas burocráticas en las oficinas educativas. Creo que, a más de unos, del asombro pasamos al estupor, por lo increíble.
Les cuento que uno de mis compañeros de secundaria, en una reunión, nos contó su problemática. Fue en el sexenio pasado. Por su antigüedad y méritos educativos ya tenía derecho a ocupar una plaza de director en una escuela primaria. Llego el nuevo gobierno y un día le notificaron: ya sería director. La cuestión es que no alcanzó a cobrar: al poco tiempo le avisaron que se habían equivocado, le quitaron clave y no le regresaron la anterior. Tuvo que demandar a la Secretaria.
PETICIONES
Al revisar las peticiones de los maestros no hay forma de negarles el derecho a protestar. Difícil pensar que el estado de Tamaulipas, o la federación, sea un mal patrón, puesto que se pone de evidencia que hay maestros de inglés como de tecnología que tienen hasta 20 años trabajando; con contratos, sin derechos o prestaciones sociales, sin pago de vacaciones ni de aguinaldos, sin servicio médico o antigüedad. Su lucha por la basificación es válida y que se les reconozca antigüedad.
Hay, también, una indolencia o irresponsabilidad administrativa acumulada, no es de hoy ni de ayer, es de años, como diría AMLO, es herencia del pasado; y tiene que ver con trámites burocráticos, que a unos sí hacen, pero a otros no. Como es el pago de suplencias, cuando algún maestro, por decir, se incapacita y lo supla alguien (para que no se pierdan las clases). Son tramites, entre otros, que duermen el sueño de los justos sin deberla ni temerla. Son, hagan de cuenta, maestros que trabajan sin contrato o sin plaza, porque cubren vacantes.
EQUIPO Y LOGISTICA
Y parece mentira, pero una de las grandes fallas, es que el presupuesto educativo es insuficiente, porque es poco y, además, uno que otro servidor público se sirve con la cuchara grande y lo desvía. Se sabe, por ejemplo, que la mayoría de las escuelas funciona solo con uno o dos intendentes y no se dan abasto. Así, entonces, las sociedades de padres de familia apoyan pagando a personal extra que, desde luego, lo hacen también sin las prestaciones debidas.
Otro problema, grave, es que buena parte de las escuelas no cuentan con mesa bancos, con sillas, con pizarrones, es decir, con elementos o instrumentos necesarios y útiles para ejercer la docencia. Como equipo de cómputo. Por cierto, con la pandemia se ufanaron de las clases en línea y resulta que el servicio de internet lo paga cada escuela. Así, si se hace un recuento, nos percatamos de que las condiciones materiales educativas no son las apropiadas y, eso, quiérase o no, es culpa del Estado, puesto que la educación es un derecho y el Estado tiene el deber de garantizarla.
EL TECHO FINANCIERO
Otro de los vicios que tiene que ver con irregularidades administrativas es el famoso techo financiero. En sentido estricto, cada uno de los trabajadores está adscrito a un techo financiero, es decir, a un centro de trabajo. Sin embargo, por angas o mangas, resulta que hay profesores o personal del sector educativo que presta sus labores en un lugar y su cheque, o techo financiero, está en otro a leguas eso es una irregularidad: ¿Por qué sucede de así? Creo que solo los jefes y el propio trabajador lo saben.
La cuestión es que el famoso techo financiero es el soporte o la base para otras cosas, como es la promoción a un mejor puesto o a otra categoría; pero, como no hay correspondencia entre uno y otro, no se puede acceder a otros beneficios o promociones. Es una irregularidad que tarde o temprano se tiene que arreglar solo que, para eso, se necesita voluntad y decisión para arreglar las cosas.
MESAS DE NEGOCIACION
¡Vendido! ¿Cuánto te dieron?, fueron, entre otras las expresiones en contra de Arnulfo Rodríguez Treviño cuando anunció que debían regresar a los planteles a dar clases y que se instalaban mesas de negociación. Mismas que ayer miércoles, entre los maestros generaron entusiasmo y buenas expectativas, pero que, sin embargo, algunos reportaron que estaban estancadas. Creo que, aquí, es donde el Estado (federación y la entidad) deben mostrar la verdadera intención de resolver la problemática de la cual, ya se vio, no es culpable ni Américo Villarreal Anaya ni Lucia Aimé Castillo, puesto que son problemas heredados, que vienen de otro periodo de gobierno.
En uno de los puntos de negociación se cuestiona el perfil de quienes ostentan cargos en la Secretaria de Educación. Efectivamente, tienen que conocer de la naturaleza administrativa del fenómeno educativo, tienen que realizar sus tareas con eficiencia y eficacia; pero, sobre todo, deben mostrar una condición de ser humano, no pueden tratar a la gente con despotismo, autoritarismo y menos con desprecio, como si hicieran un favor.
BUROCRATISMO Y CORRUPCION
Hace tiempo un buen amigo me comento su problema burocrático: no le pagaban, no sé si un retroactivo o alguna prestación, no le llegaba; que acudió una y otra vez y el responsable le decía que aún no había nada. Hasta que un día, siguiendo el consejo de un amigo, fue a ver al jefe superior: que lo atendió con amabilidad, escucho su reclamo y queja, de inmediato pidió su expediente y se lo llevaron: una vez que lo reviso le pregunto, quien le decía que no había nada y señalo al responsable operativo, al que llevo el expediente quien se justificó de mil maneras, el caso es que no cumplía con su deber: salió contento, con cheque en mano.