La política mexicana tiene sus asegunes: por ejemplo, en la época del priorato cada Presidente le daba por tomar o asumir como ícono de su gobierno a un héroe, por lo regular la mayoría se decía juarista. En los hechos, como dirían en el rancho, ¡válgame Dios!, eran muy diferentes. Eran, como quien dice, malas copias. En caso de AMLO también recuerda a Juárez, pero en más de una ocasión recuerda a Lázaro Cárdenas, por ejemplo, dice que no va a cometer su mismo error en la sucesión presidencial.
El caso es que, todos somos diferentes, por más que queramos ser como alguien: es una mala copia. Y actualmente, con eso de la sucesión adelantada, hagan de cuenta que la oposición hace una mala copia del proceso para elegir al candidato presidencial. Dice AMLO, es pura simulación; efectivamente, como sucede en Morena, es pura simulación puesto que hay la certidumbre de que hay una favorita.
GOBIERNO TRANSEXENAL
Todos los presidentes del priorato tuvieron un sueño: gobernar más allá de su sexenio, por eso, unos pensaron en la reelección tal y como lo hizo Benito Juárez o Porfirio Díaz; otros pensaron en el Maximato, como el de Plutarco Elías Calles. Todos fallaron porque no tuvieron la inteligencia necesaria, ni la fuerza y control del poder político para lograrlo. Creo, estoy convencido, que AMLO lo va a lograr… en principio porque la oposición, hasta la fecha, no da más, como para hacerle frente.
AMLO ha mostrado un férreo carácter para hacer valer sus convicciones; ha dado muestras de ser un excelente operador político, a tal grado que, si todo lo funciona bien, que hay lo que llama “continuidad con cambio generacional”, ya tiene el diseño hasta de cómo va a quedar el próximo gabinete… y efectivamente, puede irse a su rancho, a escribir, pero eso no será un obstáculo para seguir teniendo los hilos del poder.
ELECCION EN MORENA
La mejor evidencia de que AMLO tiene en sus manos los hilos del poder es la actitud de Ricardo Monreal; una y otra vez cuestiono la encuesta como método de elección del candidato. Su antecedente, para no creer, es lo que sucedió en la elección anterior en la CDMX: Ricardo aparecía como puntero casi en todas las encuestas, sin embargo, en la que hizo Morena quedó en cuarto lugar. Así de sencillo y de que fallan, ahí está el caso de Coahuila.
La interna de Morena, de quien a la postre será su candidato presidencial, es una simulación, una especie de teatro guiñol: AMLO los destapó y él mismo fijó las reglas para que compitan; pero en los hechos, hay una preferida y la mejor evidencia es la cargada que, en su momento, hicieron legisladores morenistas; quieren quedar bien con el Presidente. En todos lados hay una certeza: el gran elector es, sin la menor duda, el líder moral de la 4T… por eso, la actual contienda es faramalla, simulación.
AMLO: ES PURA FARAMALLA
En más de una ocasión, en Las Mañaneras, el Presidente AMLO se burla de la oposición, además de criticarla y tildarla de conservadora. Y la oposición cuando inicio a dibujar su proceso para elegir candidato, primero apareció la encuesta y AMLO, no solo se burló, hasta jocoso dijo que les cobraría regalías, porque es un método creado por él. Ahora que ya lo detallaron: encuesta, debates y urnas, expreso que es pura faramalla y que en tres días el dirá, adivinará, pues quien será el candidato opositor.
Para AMLO, quien está detrás de la oposición es Claudio X. González, el empresario, puede que tenga razón. Sin embargo, para este momento, la oposición ya debe tener en claro que, para enfrentar a AMLO, a su candidato y al Estado, no basta cualquier candidato: tiene que ser el mejor. Hay apuntados 14, 14 ambiciosos megalómanos, y esa dispersión puede ser el fracaso estrepitoso de la oposición: dividirse, que al final, los que pierdan tan simple como que se salen de la jugada, dejan solo al que sea el ungido.
SOLO UNIDOS
Puede ser, efectivamente, que en ambos frentes políticos todo sea una faramalla; que el proceso para ungir al candidato sea solo un circo para legitimar al que ya decidió la cúpula. En ambos casos, como bien lo apuntala AMLO, lo importante es llegar unidos a la elección presidencial y, como un excelente operador, ya los concedió a los perdedores un premio, precisamente para que no se desactiven. Y eso, quiérase o no, es lo que puede hacer la diferencia.