Mauricio Zapata
Según dan cuenta algunos operadores políticos del actual régimen, la inscripción de los “chingo mil” aspirantes a jueces, fue una labor de ingeniería electoral a la vieja usanza.
Como dice el clásico: “No tengo pruebas, pero tampoco dudas” de que así haya sido.
Es decir, fue un acarreo general como si esa elección se tratase de llenar un mitin político en favor de algún político.
La versión se fortalece porque, a nivel nacional el periodista Ciro Gómez Leyva documentó a través de un audio lo que una diputada local de Michoacán ordenó a su equipo de trabajo y sus estructuras.
Es decir, llenar con nombres una enorme lista de aspirantes.
En Tamaulipas –insisto- también se hizo según comentó un operador, en donde resume que la instrucción era que cada promotor llevara cierta cantidad de personas para inflar el número de registros.
Y así fue.
De último momento, “chingo mil, pinchecientas” personas se apuntaron para ser aspirantes a Ministros, Magistrados y Jueces federales para la elección judicial del año entrante.
Lo cuestionable no es la cantidad de personas, sino la manera en que se está operando esta elección.
O sea: será una elección de estado en donde, muy seguramente, los finalmente electos sean afines al régimen… al gobierno… al poder… a los gobernantes morenistas.
Quiero pensar que, el haber un número altísimo de personas inscritas, es dar, primero, la percepción de un interés “inusitado” de ser parte del Poder Judicial y legitimar la operación política.
Hay tantas dudas en cómo se habrán de elegir los tantísimos candidatos, que habrá una muy bajísima participación ciudadana el día de las elecciones.
Pero, así como acarrearon a los inscritos, también acarrearán boletas para llegar a un porcentaje importante de electores y de esa forma poner a quien ellos quieran, haciendo creer al “pueblo bueno y sabio” que fue él quien los eligió.
En resumen: retrasamos el reloj 50 años para destruir todo lo que quienes hoy están en el poder lucharon para fortalecer la democracia y el sistema político del país.
EN CINCO PALABRAS.- Pero “no somos iguales”, dicen.
PUNTO FINAL.- “Creen que entienden y por eso no entienden”: Cirilo Stofenmacher.
X: @Mauri_Zapata
