Catón.-
Me han dicho que lo que en seguida pondré aquí es una majadería,
pero no sé el motivo de que se le califique así. Por tanto, lo escribiré tal
como me lo contaron. Recurro en mi defensa a los versos del romance
castellano: «Mensajero sois, amigo. / Non merecéis culpa».
Las parejas de recién casados que en automóvil partían de Monterrey o de Saltillo hacia
su luna de miel en la Ciudad de México o Acapulco hacían un alto
obligatorio en cierto hotel de excelente calidad situado a la orilla de la
carretera en las cercanías de Matehuala. Ahí tenía lugar su noche de bodas.
Lamento no recordar el nombre de ese hotel de gratísimos recuerdos para
muchos, pero la voz popular lo llamaba el Puerto de Palos, quizás en
homenaje a Colón, quien con sus tres carabelas zarpó de ese puerto
andaluz el 3 de agosto de 1492 para hacer lo que luego se conocería como
el descubrimiento de América. Me parece injusto que a ese tributo al Gran
Almirante se le tilde de majadero, pero, en fin: hay razones de la sinrazón
que la razón no conoce. El caso es que un novio fue a la cama de la
habitación nupcial, y desde ahí llamó a su flamante desposada, que había
puesto una silla frente a la ventana y desde ahí contemplaba la noche
vernal. Le pidió, ansioso: «¡Ven al lecho, vida mía! ¡Ven a mis amorosos
brazos!». «Lo haré mañana -respondió la ingenua joven-. Mi mamá me dijo
que ésta será la noche más hermosa de mi vida, y no quiero perderme ni un
minuto de ella». Aplaudo, pero con una sola mano, a Olga Sánchez Cordero
por su negativa a aprobar la ilícita apropiación que ordenó AMLO de
fideicomisos pertenecientes a los trabajadores del Poder Judicial, acción
que muchos consideran robo. Mi aplauso es así, módico, porque la ministra
en retiro y ex secretaria de Gobernación ha sido parte del régimen
obradorista, que tantos y tan graves daños ha causado a México.
Tardíamente se da cuenta la señora de los abusos de AMLO y de su
desprecio por las instituciones en que se asienta la República. Su protesta,
pues, aunque valiosa y digna de reconocimiento, es por algo que ella misma
contribuyó a crear y con lo cual ha colaborado. Al igual que otros que en un
tiempo apoyaron a AMLO y luego se arrepintieron de su equivocación y se
deslindaron de él, la senadora sabe ya que es un deshonor estar con
Obrador. Acción coherente de doña Olga sería entonces renunciar a su
incómoda militancia en Morena por este acto contrario a la razón, el derecho
y la justicia, burdo atentado que no sólo lesiona al Poder Judicial, sino
también al equilibrio democrático y aun a la integridad de la nación. Si tal
hiciera borraría el estigma que todavía lleva a pesar de haberse opuesto a
ese atropello, y se haría acreedora a un merecido y sonoroso aplauso
tributado, ahora sí, con ambas manos.
Tres mujeres llegaron al mismo tiempo al Cielo:
una monja, una casada y una de la vida airada. Fueron recibidas por un ángel,
pues San Pedro, el portero celestial, se había ido de pesca.
Le dijo el ángel a la religiosa: «Ten esta llave de oro. La mereces por
tu vida de virtud, por tus oraciones y el bien que hiciste al prójimo. Con ella
podrás abrir la puerta del Cielo». A la casada le dijo: «Ten esta llave de plata.
La mereces por tu vida de sacrificios, por haber aguantado tanto tiempo a tu
marido. Con ella podrás abrir la puerta del Cielo». A la mujer galante le dijo:
«Ten esta llave de cobre. La mereces por tu vida de placeres, de entrega a
los goces mundanales». Preguntó la hetera, tímida: «¿Con ella podré abrir la
puerta del Cielo?». «No -respondió el ángel-. Con ella podrás abrir la puerta
de mi departamento». FIN.
MANGANITAS
Por AFA.
«Se ampararán los miembros del Poder Judicial ante el atropello de
AMLO».
Es procedente ese amparo
contra López Obrador,
pues con su robo el señor
los deja en el desamparo.