La Fiscalía General de la República, (FGR), es un desastre. Está reducida a un simple membrete en la estructura del gobierno.
“Es una mera oficialía de partes”, acusa la organización no gubernamental, “México Evalúa”, al hacer un recuento de los rezagos acumulados por esa instancia en los últimos años.
Y explica los porqués: la cifra de investigaciones de la FGR se ha reducido en un 31.2 por ciento durante los últimos cinco años. En 2018 realizó 112 mil 917 investigaciones de presuntos delitos federales, pero en 2022 la cifra fue de apenas 77 mil 693.
Pero hay algo mucho más grave: su eficacia es prácticamente nula, porque solo cuatro de cada 100 casos conocidos por ella, en el ámbito federal, recibieron alguna respuesta efectiva, ya sea en términos de sentencia, o de alguna salida alterna o anticipada. Eso significa que la impunidad fue del 60 por ciento.
“México Evalúa” lamenta la situación por el papel fundamental que la FGR debe desempeñar en el combate a la delincuencia.
“Recordemos que la Fiscalía debería ser la mayor instancia de investigación y persecución criminal en el país. Su función es investigar y llevar a los tribunales delitos que involucran delincuencia organizada, desvío de recursos federales o estatales, robo de hidrocarburos, delitos electorales, contra periodistas, casos de corrupción y muchos más, mismos que hoy se cometen con total y explícita impunidad” señaló.
Y, mentiras no son. La FGR es, en teoría, el brazo operativo del sistema de justicia en el país. Es la instancia que investiga los delitos y persigue a los delincuentes. Pero, como lo revelan las cifras de la ONG, en la práctica la realidad es muy distinta.
Eso explica porque los grupos criminales se han fortalecido durante los últimos años y porque los gobiernos han fracasado en su intento de pacificar al país.
Como nadie persigue a los cárteles, y no se les golpean sus fuentes de financiamiento, cada vez se empoderan más. En estados como el nuestro, el desastroso papel de la FGR es mucho más notorio.
Por ser frontera con Estados Unidos, el mayor consumidor de drogas en el mundo, por Tamaulipas cruzan a diario grandes cargamentos de todo tipo de sustancias ilícitas.
Hay antecedentes de cómo hasta hace 20 años, anualmente, la desaparecida Procuraduría General de la República, ahora FGR, llegaba a incautar al año en Tamaulipas hasta cien toneladas de marihuana y enormes cantidades de cocaína y otras drogas que llevaban a EUA.
Aquí mismo, en Ciudad Victoria, hay registros de incautaciones de hasta 10 toneladas de cocaína en un solo operativo. Los retenes militares llegaron a decomisar hasta 50 toneladas de marihuana en una narcopipa. A diario eran interceptados aquí los envíos de narcóticos hacia tierras gringas.
¿Por qué eso ya no ocurre? La respuesta parece obvia: por corrupción y complicidad, y obviamente porque la FGR está desaparecida.
En eso está gran parte de la explicación del fracaso gubernamental contra la inseguridad pública.
Las autoridades se han limitado a capturar a algunos “capos” segundones o líderes criminales de moda, pero se han olvidado de golpear financieramente a las organizaciones, que es lo que realmente les hace daño y las debilita.
La conclusión entonces es que, debe ser una prioridad para quien vaya a gobernar el país darle una “sacudida” a la FGR. Habrá quienes argumenten que se trata de una instancia con autonomía constitucional y operativa, pero eso no debe resultar un impedimento para depurarla y hacerla funcional.
Es una urgencia porque el país no resiste más la violencia delincuencial que cada vez se extiende a otras entidades. Si el gobierno continúa con la misma estrategia de seguridad de ahora estaremos en camino a una crisis nacional de la que será complicado salir.
Ahí queda la advertencia.
ASI ANDAN LAS COSAS.