La salud es la mayor posesión. La alegría es el mayor tesoro. La confianza es el mayor amigo (Lao Tzu)
El arte de la medicina consiste en entretener al paciente mientras la naturaleza cura la enfermedad (Voltaire)
No cambies la salud por la riqueza, ni la libertad por el poder
(Benjamin Franklin)
Cuánta verdad hay en la locución latina “mens sana in corpore sano”, atribuida a los griegos, incorrectamente. Fue el cómico romano Juvenal, nacido en Roma en el siglo II, quien la empleara en su sátira X. viene al caso la flexión, después de analizar un gran número de anuncios sobre medicamentos populares que bombardean los canales comerciales de la televisión. Mencionaré algunos, especialmente atentatorios contra la salud: En un restaurante, un grupo de personas ingieren comida grasosa típica de nuestro país; uno de ellos se siente mal por el exceso, y el comercial consiste en recomendarle tomar un antiácido muy popular y eficaz ¡para seguir comiendo sin culpa! Algo totalmente en contra de la salud. En otro comercial dicen palabras más o menos: “¿Comió demasiado?, ¿bebió demasiado? ¡no hay problema, tómese una dosis de XXXX (producto que recubre las paredes del tubo digestivo) y desaparecerán las molestias para que siga disfrutando.” En otro comercial mencionan: Después de una noche de fiesta y “reventón” tome el suero YYY y quedará como nuevo” De igual manera recomiendan productos para la gastritis generada por excesos de comida y bebida, con ese producto desaparecen las molestias y puede seguir comiendo alimentos que producen colitis, gastritis y más. La lista de recomendaciones es larga y mal intencionada, invitando a los televidentes a llevar una vida de desenfreno al comer, beber y desvelarse, porque hay un remedio para todo. Ni qué decir de las bebidas energéticas muy socorridas por los “parranderos” que aparentemente les cura el malestar después de una noche “alegre”. Pero no indican el desgaste natural de un organismo expuesto a excesos en forma inconsciente sin respeto alguno, generando con frecuencia consecuencias mayores, como afecciones cardiacas otras enfermedades crónicas producto del abuso.
La trilogía indivisible de cuerpo, alma e intelecto, se desarrolla en forma natural, cuando los tres aspectos son atendidos y respetados en su justa dimensión. Las expectativas de vida son mayores a medida que la ciencia avanza y proporciona elementos para detectar y curar enfermedades, pero las campañas publicitarias de los medicamentos que se venden indiscriminadamente para combatir la ingesta excesiva de alimentos y bebidas embriagantes, impactan negativamente en la población que no reflexiona en la importancia de una alimentación equilibrada para conservar la salud. El médico griego Hipócrates, afirmaba: “que tu alimento sea la medicina y no que la medicina sea tu alimento” claramente se refería al hecho que, una alimentación sana y balanceada no requiere de medicamentos. En la actualidad, paralela a la tendencia de medicarse para todo, existen corrientes que están intentando volver a una alimentación más natural y libre de conservadores y químicos adicionados, que generan también enfermedades mortales como el cáncer. Las campañas publicitarias de los laboratorios que producen paliativos para los excesos, alimentarios solo piensan en sus utilidades, y atentan contra la salud de las personas inconscientes que caen en el engaño, dichos laboratorios, obtienen ganancias cada vez mayores, alimentados por la inconsciencia de la población que sin control los utiliza, pero el cuerpo, tarde o temprano, pasa la factura. Si en los hogares se mantiene la familia muchas horas frente al televisor, viendo campañas publicitarias como las mencionadas, ¡y son muchas! Orillan a las personas inconscientes, a caer en el garlito publicitario de los medicamentos milagrosos.
La tendencia de volver los ojos a la naturaleza y los “remedios” ancestrales, se está creciendo cada vez más. En las redes sociales aparecen con frecuencia videos sobre cómo sanar algunas enfermedades a base de productos naturales y la mayoría, funcionan, si el daño en el organismo aún es reversible.
Es común encontrar en el campo personas más longevas y saludables que en el medio urbano, porque su vida transcurre lejos de contaminantes del ambiente, su alimentación es más natural porque consumen lo que producen, además, su vida transcurre con más tranquilidad y realizan más ejercicio físico en forma natural que los habitantes de las grandes ciudades. Sus medicamentos, en caso de requerirlos son productos de la tierra que conocen muy bien, no requieren somníferos para descansar, el trabajo físico es suficiente, comida sana, sólo la necesaria y están libres del estrés de las ciudades. Los huevos que consumen son de sus gallinas que pastan, sin alimentos artificiales, la carne, no es de ganado de engorda alimentado con químicos para producir más grasa. Todos sus productos alimenticios son naturales.
La incidencia de enfermedades mortales como el cáncer, se lleva a más personas de la ciudad que del campo y por desgracia, ataca indiscriminadamente niños y adultos.
Estimado lector:
Cuidado con las campañas publicitarias de los medios televisivos, con la salud no se juega. No se trata de satanizar la ingesta de antojos o bebidas alcohólicas sino tener conciencia al consumirlas. La alimentación natural y moderada es la mejor manera de mantenerse saludable, la gracia es entender el principio de Hipócrates: Que la comida sea tu medicina y no que la medicina forme parte de tu alimentación.