Claudia Vázquez
En Tamaulipas, las puertas del Movimiento de Regeneración Nacional están abiertas a nueva militancia, así sean renegados de otros partidos políticos, porque el objetivo de Morena es afiliar a por lo menos un millón de nuevos miembros este año.
La encomienda la tiene la dirigente estatal, Magdalena Gómez Zúñiga, de ahí que tenga listo a un “ejercito” de morenistas para recorrer casa por casa en toda la entidad para promover la afiliación al movimiento de moda.
De acuerdo con los requisitos, todos los tamaulipecos que quieran inscribirse lo pueden hacer, siempre y cuando estén en edad de votar, pero también, para el caso de militantes de otros partidos, deberán demostrar su baja del organismo al que pertenecían.
En pocas palabras, todos caben en Morena, nuevos y renegados, es mas no importa de dónde salgan, pero eso sí, ya no como simples “chapulines” sino libres de marcas y dispuestos a seguir, sino la ideología del movimiento, si los estatutos y lineamientos.
Y claro que esto es entendible, porque atrás quedaron los tiempos en que rogaban por “suscriptores”, hoy su fortaleza derivada del poder que representan es suficiente para que los políticos “renegados” los busquen y también aquellas personas que aspiran participar en política, y que de alguna manera comulgan con su ideología o bien, simplemente ven en su posición la oportunidad de alcanzar ya sea una candidatura o un puesto dentro de la estructura de gobierno.
Lo que hoy vive Morena en Tamaulipas no es nuevo, primero lo disfrutó el PRI, luego con las alternancias le tocó el turno al PAN, que poco le duró el gusto porque no fue más allá de un sexenio, sin embargo, su padrón de militantes se incrementó de manera desproporcionada, al grado que hoy, con la mano en la cintura planean expulsar a tres mil militantes que laboran para el gobierno morenista por considerarlos “desleales”.
En fin, el objetivo ahí está, garantizar, sino un millón de votos para la próxima elección, si, de militantes, porque una cosa es tener inscritos a medio mundo, y otra historia es que estos no solo salgan a votar, sino que lo hagan por ellos.
El mejor de los ejemplos de que los padrones no son garantía de nada, son precisamente los que Morena llama prianistas.