septiembre 19, 2024
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Ma. Teresa Medina Marroquín

Morena y PRIAN: las causas de la crisis política

enero 14, 2024 | 191 vistas

Ma. Teresa Medina Marroquín

 

LA CIUDADANÍA RECHAZA VIVIR EN MEDIO DE LA VIOLENCIA

No se trata de beatificar a nadie o que los vean como venerables, pero entre la disputa que se traen PRIAN y Morena por el poder político trascienden ciertas hipótesis de las que emanan pestilencias del pasado.

Una de las conjeturas es la obsesión por el poder de quienes se dicen herederos del viejo y hegemónico sistema político, incapaces de pensar a la altura de don Jesús Reyes Heroles que, como bien lo acaba de recordar Enrique Krauze, pudo haber sido de los pocos personajes de ese antiguo sistema que proponía urgentes autolimitaciones a la disputa exagerada y violenta por el poder.

De otra forma Morena y el presidente Andrés Manuel López Obrador no se verían, como es la percepción general, envueltos en una larga serie de confrontaciones interminables no sólo con la llamada “Mafia del Poder”, sino con los más grandes e influyentes medios de comunicación electrónicos y escritos.

Sin duda toda la llamada clase política es bastante proclive a predicar el impulso a la democracia, siempre que esta se practique en otros partidos políticos.

O hágase la voluntad de Dios en los bueyes de mi compadre.

Hablamos de una élite cerradísima, equivalente al 0.5 por ciento de la población total, resuelta a que los pobres sigan siendo pobres y que la clase media jamás tenga la posibilidad de ascender a un mayor bienestar de vida.

Creerán que se habla de la izquierda, pero en realidad es una élite que asociada con los más ricos del país no ha podido soportar, según esa hipótesis, la instalación de Morena en 23 gubernaturas (incluyendo San Luis Potosí con el Verde) y las mayorías legislativas en el Senado y Cámara de Diputados.

Un cambio drástico y sorprendente que la izquierda encabezada por AMLO gobierne más del 70 por ciento del territorio del país, cuando apenas en 2018 el PRI gobernaba 14 entidades, el PAN tenía bajo su control a 11, el PRD a 5, el Verde uno, más el gobierno independiente de Nuevo León.

Y obviamente Morena estaba en ceros. Hasta finales de 2018 cuando asumió la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, ahora candidata presidencial.

En suma: el país de finales de 2018 era gobernado por el PRIAN en un 80 por ciento: un territorio con 25 mandatarios estatales.

Hoy, sin embargo, PAN y PRI apenas gobiernan siete estados: cinco el blanquiazul y dos el tricolor. Cayeron de 80 a 22 por ciento.

¿Esa derrota tan dramática es realmente la crisis política por la que atraviesa el país entero?

¿Es la que también recorre a Tamaulipas con la violencia que el diputado Marco Antonio Gallegos (de Morena) acusa a los grupos radicales del PAN?

 

UNA HEGEMONÍA QUE YA NO REGRESARÁ AL PODER

Si se tratara de buscar las causas reales de esa crisis violenta, como expresión desesperada de un poder perdido a causa de una hegemonía sobre la que el pueblo reaccionó y detuvo en las urnas, diríamos que esas son, y que están identificadas.

Otros casos de crisis política, interpretados como violencia, ha sido la presencia (abiertamente corrupta) de funcionarios del pasado en la Fiscalía Anticorrupción y en la Auditoría Superior del Estado.

Estamos hablando, y todo Tamaulipas lo sabe, de individuos cómplices y “tapaderas” de gente poderosa que de acuerdo a las acusaciones formales saquearon brutalmente las arcas públicas del Gobierno estatal.

Finalmente, lo más dramático es que los propios perpetradores de la violencia, presuntamente los opositores, están siendo exhibidos ante una ciudadanía que rechaza tajantemente vivir en medio de la violencia.

Y que independiente de las fallas de los actuales gobiernos de Morena, que las hay desde luego, será una ciudadanía que el 2 de junio próximo cobrará esas afrentas a una oposición que predica la democracia, y que en los hechos la repudia.

¡Excelente inicio de semana!

[email protected], @columnaorbe

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