Mucha gente no recuerda con exactitud las décadas en que los municipios estaban absolutamente a expensas de los gobiernos federal y estatal.
Eran los tiempos de la “dictadura perfecta”, cuando la presunta paz social estaba dedicada a negar sistemáticamente la tragedia, el autoritarismo, el caos y la injusticia.
Eran los tiempos, también, en que sexenio tras sexenio aparecían como por arte de magia decenas de millonarios y multimillonarios, incluso de riquillos que comenzaban a saber lo que era comer con manteca.
Hoy los tiempos han cambiado; tenemos presidentes municipales cuyas ambiciones podría decirse son integrales, porque mientras fomentan –con todo derecho—sus carreras políticas, al mismo tiempo le echan ganas a sus proyectos de gobierno.
Dejaron de ser los alcaldes esos floreros y jarrones de adorno que sólo los ponían a lucir en los eventos donde sólo el gobernador del estado era, como quien dice, “el héroe de la película”.
El único que activaba a toda intensidad el aplausómetro, mientras que los munícipes, que en buena medida le debían sus cargos al gobernante estatal en turno, sólo eran vistos como momias parlantes, o convidados de piedra.
RESULTADOS AL 97 POR CIENTO
Y decía que los tiempos han cambiado, cuando, si tomamos como ejemplo del análisis, al gobierno de Eduardo Gattás Báez, presidente municipal de Victoria, vemos que aparte de tener este personaje una excelente condición física, porque parece no cansarse, asimismo su dinamismo político, como el de otros alcaldes, incluido el tampiqueño Chucho Nader (sin importar que sea panista), son indicadores de que la dinámica de una ciudad es generada no sólo por el sector privado que justamente tiene mucho que ver, pero donde los primeros ediles son los que manejan la batuta.
Es decir, que gracias a sus buenos oficios políticos y a su movilidad inteligente o productiva los cambios se generan, pero también los percibe básicamente la ciudadanía.
Volvamos a los ejemplos: Gattás acaba de informar de 108 sesiones realizadas a través de las mesas de colaboración institucional implementadas por su gobierno, con un resultado de 478 acuerdos que abonan al desarrollo y seguridad de la capital del Estado.
Otras asambleas son las mesas de seguridad con 82 sesiones y 286 acuerdos, participando los tres niveles de gobierno, cámaras empresariales, organizaciones civiles y la amplia presencia de los medios de comunicación.
En uno de esos múltiples y heterogéneos rubros, como las prioritarias mesas del agua, sobresalen los resultados. Uno de ellos, informa Mauricio Valdez Sánchez, titular de Servicios Públicos, es la eficiencia del 96.85 por ciento en la recolección de basura, misma que cubre 46 rutas y nueve mil 800 puntos donde se recogen diariamente 247 toneladas de desechos, con muchos camiones nuevos.
¿Esos son resultados? Claro que sí. Sin que estuviesen de por medio tantos prólogos de buenas intenciones, como el de enfrentar todos los días a una ciudad castigada severamente por la escasez de agua y a ciertos medios que se van a los extremos al “criticar” con segundas intenciones.
ALCALDES AGRADECIDOS, PERO CON INICIATIVA
Y ya ni para qué abundar en lo que a la ciudad le consta y da fiel testimonio respecto a la inversión bipartita de 113 millones de pesos del Gobierno estatal y 82 millones del municipio, con los que se estará mejorando una superficie de más de 298 mil metros cuadrados de vialidades, precisando que Gattás nunca deja de ser agradecido con el apoyo del gobernador Américo Villarreal Anaya.
Estos reportes de resultados que vienen a transformar diversos escenarios de Ciudad Victoria, son el tema de hoy; es decir, el cómo los alcaldes se imponen a los desastres heredados y no andan pidiéndole permiso a nadie para cumplir su palabra empeñada con la gente que los llevó al poder político.
De manera que el municipio recobró su sentido político y social, cuya obra en gran medida reconstructora será, en las elecciones de 2024, un detonante en las encuestas que elijan candidatos. En este caso, de Morena.
¡Feliz fin de semana!
@columnaorbe, columnaorbe.wordpress.com