Este jueves, el Congreso del Estado recibió del gobernador, Américo Villarreal Anaya, la iniciativa de reforma constitucional al Poder Judicial de Tamaulipas.
Se trata de homologar la Constitución federal a la de Tamaulipas para, entre otras cosas, llevar a elección por voto popular a los jueces y magistrados locales.
Con ello, inicia la fase regresiva para 14 magistrados y 111 jueces, además de los cinco consejeros de la judicatura, que deberán dejar su cargo el último día de agosto del año próximo.
De esa manera, como sucederá en el ámbito federal, el primer domingo de junio del 2025 los tamaulipecos iremos a las urnas, para elegir a los nuevos impartidores de la justicia local.
Desde este espacio me he declarado abierto opositor a la reforma judicial, tanto a la federal como a la estatal.
Como a muchos, me parece que representa un grave riesgo el colocar la tarea de impartir justicia, en manos de profesionistas cuyo mayor mérito será la popularidad y no la capacidad y trayectoria profesional.
Sin embargo, ante lo inevitable, no nos queda otra alternativa más que la de esperar a que los comités de evaluación cumplan a cabalidad con la encomienda que tendrán, de depurar la lista de aspirantes a magistrados y jueces, para asegurarse de que quienes aparezcan en las boletas electorales sean realmente quienes tengan las mejores credenciales.
Soy un convencido de que el gobernador, Villarreal Anaya, es un hombre respetuoso de las leyes y de la justicia. Por eso, confío en que su instrucción hacia quienes tendrán la tarea de materializar la reforma al poder judicial, será en el sentido de no corromper el proceso.
Nada de favorecer la candidatura del pariente, del amigo o del compadre.
En otras palabras, ojalá que quienes integrarán dichos comités de evaluación resistan tentaciones y presiones para impedir que el factor político, el influyentismo y el compadrazgo, sean los que terminen decidiendo las candidaturas.
De eso dependerá que se cumpla con la aspiración de los tamaulipecos, y con el propósito de la reforma, que es la de construir un mejor sistema de impartición de justicia.
Crucemos los dedos para que así sea.
EL RESTO
LAMENTABLE PÉRDIDA.- Con la lamentable muerte del magistrado federal, Gonzalo Higinio Carrillo de León, Tamaulipas perdió a uno de sus más prestigiados juristas.
Como estudioso del Derecho, tuve el privilegio de abrevar de su impecable cátedra y de muchas de sus conferencias. Era un deleite escucharlo en las aulas o en los auditorios.
Fue formador de gran cantidad de generaciones de abogados en distintas universidades del país, pero particularmente en la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), de donde era egresado.
Sin duda, Gonzalo siempre será recordado por su sabiduría, pero también por su gran calidad humana.
¿Y LOS MAGISTRADOS?.- Este jueves fueron aprobadas diversas reformas a la constitución local, para entre otras cosas darle fuero a los titulares de la Contraloría Gubernamental y al jefe de la Oficina del Gobernador.
La decisión está justificada. Si todos los secretarios de la administración estatal tienen inmunidad procesal, ¿por qué ellos no la tenían?
Sin embargo, la reforma deja una interrogante ¿por qué los magistrados del Tribunal de Justicia Administrativa no tienen fuero? A ver si hay alguien que la responda.
EL MÁS FALTISTA.- Apenas ha transcurrido un mes y días de la 66 Legislatura local, pero el panista, Ismael García Cabeza de Vaca, ya se convirtió en el más faltista de los diputados.
Más que claro que, para lo único que quiere la curul es para inmunizarse procesalmente. En otras palabras, para salvar los procesos penales en su contra.
ASÍ ANDAN LAS COSAS.