Por Rogelio Rodríguez Mendoza.-
¿DESAFORARAN AL MAGISTRADO?.- Tan desubicado de su realidad anda el magistrado, Javier Castro Ormaechea, que a propios y extraños les asegura que podría ser el próximo presidente del Poder Judicial del Estado, (PJE), cuando el actual concluya su periodo.
Por supuesto que quienes lo escuchan lo único que les provoca esa versión es risa.
De entrada, el exfiscal anticorrupción no ha podido sacudirse (ni quiere) el sello de los hermanos Francisco e Ismael García Cabeza de Vaca. Él mismo presume, con orgullo, ese lazo.
Debe suponer que los Cabeza todavía tienen los alcances para promoverlo a la primera magistratura del Poder Judicial, lo cual es iluso.
Sin embargo, independientemente de la loza que significa su vínculo con los Cabeza, la principal limitante del exfiscal anticorrupción es su mala fama.
No hay, dentro del sistema de procuración e impartición de justicia, alguna voz que hable bien de él.
Los testimonios de víctimas de su prepotencia y abusos son abundantes, tanto en su ejercicio actual como magistrado que cuando fue titular de la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción.
A eso hay que sumarle su limitada capacidad en su función de magistrado.
Con todo ello, nada raro sería que, de pronto alguna de sus tantas víctimas promueva en su contra un juicio para desaforarlo. Razones hay de sobra para ello.
NO ENTIENDEN.- Le falta menos de un año a la 65 legislatura y la mayor parte de los diputados siguen sin comprender la inutilidad de los llamados exhortos legislativos.
Tan no lo entienden que han sido muchas las ocasiones en que el debate de un exhorto los ha llevado a protagonizar verdaderos papelones en el Pleno, en los que incluso han estado a punto de llegar a los golpes.
Un ejemplo de ello es lo ocurrido durante la sesión ordinaria celebrada el pasado lunes, cuando panistas y morenistas se enfrascaron en una discusión y dos de ellos estuvieron a punto de llegar a los golpes, y todo por una iniciativa de punto de acuerdo.
Nada de eso habría ocurrido si el exhorto propuesto por el PAN, para llamar a las autoridades federales y estatales a frenar la contaminación y el robo de agua del río Guayalejo, hubiera sido respaldado por Morena.
Sin embargo, es evidente que los morenistas siguen sin entender que un punto de acuerdo de esa naturaleza es intrascendente. Ya tendrían que haber comprendido que pierden mucho más protagonizando escándalos en la tribuna, que el mérito que puede lograr la oposición con un exhorto.
Deberían guardar esas ganas de pelear para cuando lleguen al Pleno los asuntos verdaderamente relevantes, como el paquete económico para el ejercicio fiscal 2024.
AMLO JUEGA CON FUEGO.- El presidente, Andrés Manuel López Obrador, juega con fuego en el tratamiento que le está dando al conflicto surgido con los trabajadores del Poder Judicial.
Burlarse de los manifestantes desde la mañanera y luego mandar a la policía a confrontarlos para desalojarlos de las calles, es algo así como echarle gasolina a un incendio.
Los trabajadores del Poder Judicial protestan por la desaparición que hará la cámara de diputados de 13 de 14 fideicomisos, de dónde salen los recursos para atender gran parte de sus prestaciones, pero el mandatario federal los agrede llamándoles flojos y corruptos.
Si no reacciona, el presidente podría llevarse un susto porque 34 mil empleados protestando en todo el país y paralizando el sistema de impartición de justicia, pondría en riesgo de crisis al gobierno.
Hoy más que nunca López Obrador necesita cordura.
ASI ANDAN LAS COSAS.