Dhena Mansur Sánchez
Amigas y amigos de repente nos encontramos en los últimos días de diciembre y hoy que es día 24 el tema obligado y uno muy esperado por muchos en todo el año es la Navidad.
Esas reuniones interminables que se planeaban en casa de los abuelos, con juegos, dinámicas chuscas, reflexiones leídas en voz alta en donde a cada quien le tocaba un pensamiento y al terminar de leer se vivía una pausa entre todos los miembros pensando cómo íbamos a aplicar ese pensamiento en nuestro día a día.
Esa mesa con los chocolates blancos rellenos de nuez, ese olor a ponche que nos invadía desde antes de abrir la puerta, las bolsitas de dulces con esa dura colación que muy apenas podíamos morder, esos cacahuates que no nos cansábamos de pelar, la mandarina, el pollo en salsa de cacahuate, el bacalao, las chamarras de todos amontonadas porque antes si hacia frio en Navidad.
Tantos y tantos recuerdos que con el correr de los años se esfumaron y ya nunca volviste a vivir, tener que resignarnos a que tus padres te digan que es normal que ya no se junte la familia completa con el argumento de que las familias crecen y cada quien celebra por su lado, en lo personal y hasta la fecha lo comparto con mi familia aunque me vean como bicho raro pero nunca me arrepentiré de hacerles ver que al menos a mí se me hace lo más triste del mundo que nos tengamos todos y que ya no nos juntemos porque ya somos bastantes o porque muchos están en otra ciudad.
Así que si tu si estas en posibilidades de reunir a toda tu familia este 24 o 25 de diciembre, arriésgate y hazlo, es lo más importante que tenemos, lleven lo que lleven, tengas casa chica o casa grande, lo importante no es lo que se coma es con quien lo comas y que mejor que honrar a nuestros ancestros continuando con la tradición que ellos nos inculcaron, la de reunirnos cada navidad o cada fin de año para festejar la llegada de Jesucristo nuestro señor juntos y en familia.
En esta ocasión quiero dedicar esta columna a esas familias que sé que esta será su primera Navidad llorando la ausencia de uno de sus seres queridos, sobrellevando una reciente pérdida o una de hace ya varios años pero que sigue doliendo igual o incluso más.
Espero que Dios les de toda la fortaleza y el consuelo a pesar de las duras circunstancias, los abrazo con todo el cariño mientras leen estas líneas, y quiero que sepan que muchas veces lo que nos abruma es esperar, esperar que todo sea igual, esperar esa reunión que ya no tuvimos, esperar a ese familiar que ya no frecuentamos, esperar ese mensaje que ya nunca llegó, esperar esa noche divertida en familia que ya nunca se presentó y es por eso que hoy más que nunca desde el fondo de mi corazón los invito a aceptar que no tiene que ser igual y no por eso está mal, al contrario es totalmente válido y cuando lo sueltes y ya no esperes que todo sea como antes te sentirás mucho más ligero de equipaje y lo mejor que no te desilusionaras porque no tenías altas expectativas, con un corazón bondadoso y en paz será suficiente para haber vivido una bonita navidad, asi que ya lo sabes, sonríe y cree firmemente que NO TIENE QUE SER IGUAL.
¡FELIZ NAVIDAD!
TU AMIGA DHENA MANSUR SÁNCHEZ.