PRETEXTOS.- “Lo que importa es presentar trabajo”, dijo, el pasado lunes, el diputado local, Ismael García Cabeza de Vaca, como justificación por sus recurrentes inasistencias a las sesiones del Pleno del Congreso del Estado.
Con apenas 24 días en el cargo, el panista acumula ya varias faltas, y en algunas de las ocasiones en que ha asistido ha dejado las plenarias a mitad de los trabajos, lo cual llevó a la presidenta de la mesa directiva, Magaly Guillermina Deandar, a adelantar que podría hacerle una amonestación pública y ordenar que se le apliquen descuentos en su dieta.
Cuestionado sobre el tema, el hermano del exgobernador, Francisco García Cabeza de Vaca, se fue por la facilita, al argumentar que no es tan importante estar en las sesiones, porque lo que verdaderamente interesa es presentar iniciativas.
El problema para el diputado es que la mayor parte de las iniciativas que ha presentado son basura legislativa, porque, o bien son temas que ya se llevaron a la tribuna en otras legislaturas, como la exigencia de recursos para atender a los migrantes, o de plano son simples ocurrencias.
Con el mismo pretexto, García Cabeza de Vaca justifica el que todas sus iniciativas las haya presentado por correspondencia y no desde la tribuna, como lo hacen todos.
Cualquiera diría que al exsenador le gana el pánico escénico.
¿CUÁL FUE EL MENSAJE?.- Miles de ejidatarios fueron trasladados, ayer, desde siete municipios de la zona centro del estado, a Ciudad Victoria. Los movilizó la columna cívica, “Pedro José Méndez”.
En vehículos y a caballo, llegaron hasta la sede del Congreso del Estado para expresar su respaldo a la reforma judicial.
“No hay poder que detenga la reforma judicial”; “Nadie puede detener la voz soberana de la nación, 36 millones de votos”, “El Poder Ejecutivo ejecuta las leyes”, se leía en algunas mantas que portaban.
La manifestación hace obligada una pregunta: ¿Cuál era realmente el mensaje que se intentó enviar con la movilización campesina?
La interrogante tiene justificación porque la reforma judicial ya hasta se publicó en el Diario Oficial de la Federación, (DOF), e incluso el Congreso de la Unión y el INE alistan el procedimiento para lo que será la primera elección de jueces, magistrados y ministros.
Cualquiera diría que, el mensaje de fondo de la manifestación era otro. Quizás lo que buscaba la organización era demostrar que sigue teniendo músculo político, y que cuenta con capacidad sobrada para movilizar a su gente.
ESTAMOS BIEN.- En materia de seguridad pública hay que admitir que Tamaulipas sigue siendo uno de los estados más seguros del país.
Más allá de las acusaciones de la oposición, de que la incidencia delictiva se ha venido agravando, la realidad es que estamos muy lejos de la etapa de terror que vivimos durante varios años. Estamos bien.
Hoy, por ejemplo, los tamaulipecos mantenemos el privilegio de seguir viajando por las carreteras, a cualquier hora del día y de la noche, sin el riesgo y el temor a un asalto, o de plano a ser asesinados.
Por supuesto que sigue habiendo homicidios, extorsiones, secuestros y otro catálogo de delitos de los llamados graves, pero la incidencia está muy lejos de las que se registraban hasta el 2018.
Con el añadido de que, resultaría imposible exigir una estadística en ceros. Ni en los países más desarrollados eso sería posible.
Lo importante es que, desde hace por lo menos seis años, Tamaulipas está muy lejos de compararse con la situación de violencia delincuencial que hoy viven entidades como Sinaloa, Oaxaca, Chiapas, Guanajuato y Veracruz, entre otros, donde el crimen organizado mantiene un auténtico baño de sangre y aterroriza a la población.
Esperemos que así sigamos los tamaulipecos. Nadie quiere volver a los tiempos en que vivíamos con el miedo a flor de piel. Ojalá nunca más vuelva a ocurrir esa historia.
ASÍ ANDAN LAS COSAS.
