Claudia Vázquez
Hay una frase popular que dice: “En casa del herrero, azadón de palo”, y a decir de los trabajadores de la Coordinación de Auditoría Fiscal Victoria, a esa dependencia le viene muy bien. “como anillo al dedo”, porque aseguran que pese a ser el ente recaudador de impuestos, no disponen de presupuesto mínimo para sacar avante los trabajos que les corresponde e inyectan recursos a las arcas estatales.
A decir de los quejosos, porque no es uno, ni dos, en esa coordinación parece que aplican la austeridad franciscana, porque no disponen de recursos ni siquiera para la adquisición de material de limpieza. La “pobreza” es tal, que los empleados hacen “coperacha” para comprar por lo menos cloro y detergente.
Y aunque eso es grave, porque no debería suceder, lo más delicado, lamentable y criticable, es que, aunado a la falta de dinero, está la presunta actitud abusiva, prepotente y altanera de los mandos, que han llevado a la renuncia de algunas personas, y llevaban el pan a la mesa de su familia. Otros, están en vías de renunciar también a sus puestos.
Aseguran; que los notificadores son enviados a cumplir la función sin viáticos, sin vehículo y obvio sin gasolina, esto claro, en las diligencias que se llevan a cabo en otros municipios.
La soberbia es tal, que exponen el caso de una de sus compañeras que harta del trato recibido y el abuso en los horarios de trabajo y el acoso a cumplir su jornada sin las herramientas necesarias, presentó la renuncia, y el “jefe” simplemente no la aceptó, y se limitó a ordenarle que se quedará a trabajar ese día hasta las diez de la noche y regresar en los días subsecuentes a trabajar, porque de lo contrario le levantaría un acta administrativa. La risa de la hoy ex burócrata, se dejó escuchar.
“Estamos pal perro, somos los que recaudamos, sabemos lo que hay de dinero, y somos los olvidados, los pobres, pero además somos los maltratados. Dijo uno de los quejosos.
Pero como dicen los matemáticos, los números no mienten y Pitágoras no se equivoca, entonces habrá que buscar a donde se están yendo o quedando los recursos del presupuesto que mantiene al punto del colapso a la dependencia, pero también con un pie afuera a los empleados que han resistido gritos, regaños, acoso y cualquier actitud que se le haya antojado a los jerarcas.
En fin, algo sucede en la Coordinación de Auditoría Fiscal Victoria, alguien, o algunos no han entendido que la transformación llegó a Tamaulipas, y que el acoso, el abuso y el saqueo es cosa del pasado, propia de los que se fueron.
¿Acaso olvidaron que no son iguales, y menos los mismos?
LA ÚLTIMA
Bien dicen, los carniceros de hoy, serán las reses de mañana, reza un refrán popular, y este debió ser escuchado por los ex funcionarios de la administración panista de Tamaulipas, quienes en su tiempo de poder lo ejercieron a plenitud y sin consideraciones.
Los desencuentros públicos entre el ex gobernador Francisco García Cabeza de Vaca, la federación y el Estado, obligó al ex mandatario estatal a resguardarse en su país de nacimiento por las ordenes de aprehensión que presuntamente existen en su contra.
Hoy Cabeza de Vaca, es acorralado y quizás tendrá que permanecer en auto exilio porque fue denunciado ante el Instituto Nacional Electoral, como un hombre con doble nacionalidad, lo que jurídicamente le impide ser candidato a la diputación federal plurinominal, como lo enlistó su partido, el Acción Nacional.
Es obvio, que la intención de Francisco García Cabeza de Vaca, es alcanzar el fuero constitucional para regresar a territorio mexicano, sin embargo; no contaba con las “piedritas en el camino” y los morenistas le recordaron que, en el 2021, en la Cámara de diputados federales se le retiró el fuero para que pudiera ser juzgado por el delito de fraude fiscal.
Ahora sí que el panorama se le complica al ex mandatario porque podría terminar no siendo ni de aquí ni de allá.