diciembre 4, 2024
Publicidad
Carlos Álvarez

‘Otis’, la cruel cara de México

diciembre 2, 2023 | 275 vistas

59 desaparecidos, 48 muertos y 273 mil 844 viviendas afectadas.

269 mil millones de pesos y tres millones de damnificados

Según datos oficiales, el huracán “Otis” impactó al 98 por ciento de las viviendas y 80 por ciento de los hoteles en Acapulco, que en su mayoría dependen de la actividad turística y de servicios.

El evitar cumplir o pasar por alto con las especificaciones del reglamento de construcción aumenta el riesgo de peligro de daños en las edificaciones y en sus habitantes.

A un mes de haber impactado tierras guerrerenses el huracán “Otis”, el bello puerto de Acapulco y el estado de Guerrero atraviesan por la etapa de reparación de daños.

La pérdida, preocupación y el dolor de miles de familias y empresas que vieron afectados sus patrimonios y a seres queridos aún persiste.

El Diario Oficial de la Federación (DOF) publicó la “declaratoria de desastre natural por la ocurrencia de lluvia severa, vientos fuertes, inundación fluvial y pluvial el 24 y 25 de octubre”, lo que agilizará los recursos para la reparación.

El Gobierno mexicano emitió una declaración de desastre para 47 municipios de Guerrero afectados por el huracán “Otis”, que ha dejado 46 muertos y 58 desaparecidos.

El 25 de octubre del 2023, jamás se habrá de olvidar en Guerrero y en el país, el huracán “Otis”, de categoría 5, impactó en esa entidad, rompiendo el récord de intensificación de un ciclón en México.

Quedaron evidenciadas las nefastas tareas, labores y estrategias de las mesas de coordinación o control de mando por parte del sistema estatal y los municipales en materia de Protección Civil y emergencias.

Según datos oficiales, el huracán “Otis” impactó al 98 por ciento de las viviendas y 80 por ciento de los hoteles en Acapulco, el 65 por ciento de la costa, equivalente a cuatro mil 685 hectáreas y afectaciones severas en 865 kilómetros de carreteras.

La Secretaría de Bienestar del Gobierno estimó que 222 mil viviendas resultaron afectadas, de ellas, 50 mil resultaron con pérdida total.

Tal parece que el personal que operó las tareas de salvamento y prevención no está capacitado, o le juegan al tío lolo…o practican al hacerle al incongruente entre el decir y el hacer, muy clásico en los políticos o casi políticos.

Actualmente el mundo cuenta con tecnologías de punta de quinta generación para detectar cualquier situación meteorológica, sísmica, fenómenos hidrometeorológicos, que permiten predecir y alertar a la población, a través de diferentes formatos (gráficos, digitales, etcétera).

Y se cuenta con las aportaciones que hacen y están disponibles a la ciudadanía en general las 24 horas del día, los análisis, reportes e información de instancias como América del Norte la División de Servicios Meteorológicos, Administración Nacional del Océano y de la Atmósfera de los Estados Unidos/Servicio Meteorológico Nacional, así como el Centro Nacional de Huracanes,https://www.nhc.noaa.gov y a nivel nacional la Conagua (Servicio Meteorológico Nacional/ Meteorológico Nacional

https://smn.conagua.gob.mx,) las que avisan oportunamente de formación de ciclones, tormentas, granizadas, lluvias, tormentas tropicales.

El centro de mando que tuvo a su cargo el monitoreo y seguimiento de la trayectoria del huracán “Otis”, antes, durante y después de sus efectos, subestimó el fenómeno natural.

La nula o escasa capacidad operativa del Sistema Estatal de Protección Civil de Guerrero durante las horas de tránsito del huracán provocó una severa y lamentable crisis en la población, reflejándose en saqueos, actos de rapiña, y la anarquía durante largas horas. Y qué decir de la pérdida de vidas humanas y los daños económicos.

El caos, la rapiña, el desorden, la desolación fue el resultado de los trabajos de los integrantes del Consejo o Sistema de Estatal de Protección Civil en esa entidad, las primeras horas después del impacto del huracán.

De acuerdo a la empresa Enki Research, firma de análisis de riesgos especializada en desastres naturales, estima en 15 mil millones de dólares los daños en Guerrero.

Hoy solo queda el análisis, la evaluación y la reflexión para las autoridades nacionales y del resto de las entidades federativas del país, que tienen como propósito prevenir, garantizar la seguridad, resguardo y protección de la población y su patrimonio ante cualquier contingencia.

Los integrantes del Consejo Estatal de Protección Civil tuvieron el tiempo necesario para poder responderle a la población y reducir los daños que generó el huracán, si hubieran actuado a tiempo, emitido de manera anticipada alertas oportunas vía celular, avisos en radio y televisión, la evacuación de habitantes de las comunidades que sufrieron más afectaciones, suspendiendo la actividad turística, pero lamentablemente se careció de acciones y decisiones oportunas y eficaces. Y ahora los resultados están a la vista.

Cabe destacar que durante el 2023 México evidencia la falta de operación, capacidad y actuación de los elementos de cuerpos de emergencia y en materia de protección civil que no han realizado un eficaz papel para garantizar la seguridad y vidas de la población.

Desbordamiento de presas con inundaciones en viviendas, derrumbes de construcciones con personas fallecidas, explosiones de pipas, ambulancias con carencias, carencia en la revisión a estructuras y edificaciones, es el resultado que arrojan las deficientes labores de las autoridades a cargo de salvaguardar la integridad física de las personas ante la eventualidad de un desastre provocado por agentes naturales o humanos.

Las acciones de gobierno que reduzcan o eliminen la pérdida de vidas humanas, la destrucción de bienes materiales y el daño a la naturaleza, son carentes.

Y solo una vez que se presentó o se registra una tragedia, las autoridades de gobierno actúan.

Queda evidenciado que la cultura de la protección civil y las reuniones protocolarias en la materia para atender las emergencias que se presentan en el país, quedan sólo en reuniones de café, en gráficos y presentaciones, que se almacenan y se guardan en obsoletas computadoras y poco se aplican en bienestar y seguridad de la población.

En los años pasados, las administraciones gubernamentales corruptas, mediante la distribución de apoyos públicos a la población, utilizaban toda tragedia para entregar despensas y cobertores con el propósito de beneficiar y fortalecer a sus candidatos o al gobierno en turno.

Esperemos que en la jornada electoral que se avecina en México, esta acción no se repita, no se politice la tragedia, y sólo queden esas acciones arbitrarias en antecedentes del pasado.

Las construcciones, un problema latente…

Queda claro que las políticas públicas deben estar más enfocadas a la prevención que a la predicción, es importante aplicar mecanismo y estrategias acordes a los tiempos actuales para garantizar, salvaguardar el patrimonio y las vidas de la población mexicana.

La modificación de las leyes en materia de construcción, protección civil, ordenamiento territorial debe de realizarse de manera inmediata, sujeta a los tiempos y fenómenos climatológicos actuales.

Existen normas, reglamentos, leyes en seguridad e higiene, que datan desde el año 1993, y qué decir de las de protección civil o reglamentos de construcción.

Los reglamentos deben de cumplirse y estar mejor adecuados para estar preparados en la ocurrencia de un próximo fenómeno de esta naturaleza, lo que representa, sin duda, una problemática que también es de tipo económico y social.

El problema es que existe corrupción, impunidad, conflictos de interés, discrecionalidad y competencia desleal en los procesos de construcción, lo que culmina en anomalías.

Las irregularidades en las construcciones se dan cuando no se cumple a cabalidad con el Reglamento de Construcción.

Son muchos las constructoras en el país que no consideran ni toman en cuenta los estudios de mecánica de suelo y de factibilidad. Y ante ello rebasan los límites de construcción que establece la ley.

Hay construcciones que no consideran los elementos de accesibilidad para personas con discapacidad, y las que, en lugar de beneficiar, perjudican a los habitantes.

Sería importante que las autoridades de los tres órdenes de gobierno, examinen los perfiles de puestos, la experiencia y la profesión, cursos, diplomados, certificaciones de aquellas personas que presiden las labores de protección civil, bomberos, paramédicos, y revisar que cumplan con los requisitos en la materia, porque la vida de la población y el patrimonio está en juego, al tener gente incompetente presidiendo estas encomiendas.

El crecimiento poblacional ha orillado a construcciones que tienen por consecuencia la ausencia de servicios, la falta de movilidad y un deterioro en la calidad de vida para las personas que habitan, laboran y transitan diariamente por esas zonas, ante la ausencia de las labores y supervisiones de las autoridades competentes.

Y qué decir de los conflictos de interés y por una competencia desleal, lo que repercute directamente en la seguridad de las edificaciones y en la calidad de vida de quienes habitan el inmueble y sus alrededores.

Las edificaciones deben contar con estudios de mecánica de suelo, de impacto urbano, ambiental y de viabilidad, entre otros; así como para conocer el tránsito que va a generarse, el impacto en árboles y medios naturales, y para saber si existe la capacidad de proveer de agua, luz y otros servicios a los habitantes de la nueva construcción y de sus alrededores.

El huracán expone la verdadera cara de México en la atención de contingencias y genera el reflejo del sufrimiento de la ciudadanía y expone el criterio y actuar de las autoridades gubernamentales que se sientan a observar lo que acontece con soberbia, negligencia, indolentes, incapaces para actuar antes, durante y después de cualquier emergencia que garantice la seguridad y el orden en la población.

Y, usted ¿qué opina?

Nos vemos en la próxima…

[email protected]

Comentarios