Mauricio Zapata
La forma de ver las cosas en México ha cambiado, y muchísimo en los últimos diez años.
Por ejemplo, los partidos políticos ya no son como antes.
Bueno, son como antes, pero cada sigla es la que se ha modificado.
Es decir, los que antes eran de una forma, ahora ya no lo son, pero son igualitos a los que hasta hace algunos años eran sus adversarios.
La izquierda, más bien parece centro.
Los de la derecha, ahora son similares a los de izquierda.
Los del centro se asemejan más a los de derecha.
Y los satélites… bueno, esos no han cambiado mucho que digamos en todo este tiempo.
Tenemos por ejemplo a Morena. Cuando surgen, lo hacen como un partido de izquierda. Ahora más bien parecen del centro.
Hoy en día son como aquel PRI que tanto despreciaban: soberbios, autoritarios; se creen dueños de todo, principalmente, de la razón.
Los de Acción Nacional, que antes eran los moderados y los mojigatos, ahora son como el PRD de los noventas: pandilleros, golpeadores, de todo se quejan y para todo la hacen de ‘tos’.
En tanto que el PRI es como lo que en los dos miles era el Parido Verde: buscan alianzas para sobrevivir, su ideología es a conveniencia y más bien ahora parecen de derecha. Eso sí, son moderados y se dejan llevar por la marea de la mayoría.
El PRD que era la izquierda grilla, los aguerridos y los porros golpeadores, ahora casi ni existen, pero se parecen más al PT, ese que le convenía nadar de a muertito.
El PT, sigue su mística. Es quizás, de los que menos ha cambiado, salvo que se ha vuelto más arrogante y se esconde bajo la falda de Morena, quien lo acobija, como en su momento el PRI lo hizo con el PVEM.
Los ecologistas, también, no han cambiado su mística. A diferencia del Partido del Trabajo, se mantienen intactos, como siempre, sin modificar su ‘ideología’: Se van con el mejor postor y se unen al partido de las mayorías. Son pues, un partido convenenciero… como siempre lo han sido.
Y así, la estructura de los partidos políticos en México, son los mismo, pero diferentes.
EN CINCO PALABRAS.- Y se verán cosas peores.
PUNTO FINAL.- “A cada Santo le llega su elección”: Cirilo Stofenamcher.
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