Ma. Teresa Medina Marroquín
MIENTRAS EL NEGOCIO DEL MAL CRECE EXPONENCIALMENTE, IGUAL LA VIOLENCIA
Haciendo un breve balance de los últimos ocho sexenios presidenciales, todos han salido con un resultado final siempre trágico, pagando siempre los errores la sufrida ciudadanía.
Desde José López Portillo, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto y el último de estos ocho, Andrés Manuel López Obrador, el despliegue del idioma a través de las promesas se volvió todo un espectáculo.
Esto es, el idioma español en México ha sido intenso y extenso, políticamente hablando, sin que esas expresiones tengan una lógica coherente con los resultados, que es donde precisamente donde todo se derrumba.
La realidad viene a ser entonces el más temible e insuperable desafío, casi como una maldición a la que nadie puede enfrentar ni con las armas de una Presidencia de la República bastante poderosa, sino es que omnipotente.
LOS FONDOS Y LOS TRASFONDOS DEL MAL VIENEN DEL EXTERIOR
Los últimos tres sexenios, Calderón del PAN, Peña Nieto del PRI y López Obrador de Morena, han sido marcados por la violencia, 120 mil del primero y 156 mil el segundo, proyectándose que el tabasqueño concluya su gobierno como el más violento de la historia, sumando más de 190 mil asesinatos.
Nadie en sus cabales podría suponer que estos presidentes estuvieron complacidos con esas cifras y mucho menos que en forma directa tuvieron que ver con ese nivel de violencia.
Partiendo de esa idea, donde hay muchas acusaciones contra los mandatarios y pocas recetas para que pudieran resolver el fenómeno, el apremio viene ahora con la presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo.
Quizá a la nueva mandataria federal (a partir del uno de octubre) le empiecen a llover precisamente esas “ideas”, incluso simplificadas, para que no batalle con el combate a la violencia, ignorando estos “preocupados” ciudadanos que los fondos y los trasfondos de la violencia vienen más allá de México, siendo el primer imperio del planeta el mayor patrocinador de violencia, no sólo en este país sino en todo el mundo, y ahí está la historia de testigo.
HAN HECHO CREER QUE EL DIABLO VIVE EN MÉXICO
Por lo pronto, ante un gigantesco negocio como son las drogas es prácticamente imposible que la violencia deje de crecer, primero porque el sistema así está diabólicamente proyectado: nosotros ponemos los muertos y ellos a los consumidores.
Y obviamente las ganancias mayores se las llevan quienes todo el día se quejan de que en México vive el Diablo en persona.
Agregando que el sistema neoliberal mexicano estaba diseñado para que las ganancias de una nación, a través de las grandes corporaciones, nunca lleguen a las regiones más pobres del país.
Eso mucha gente no lo sabe, por eso vemos empresas gigantes multimillonarias y zonas de alta marginación; es decir, unos concentran toda la riqueza y con los otros se ensaña la miseria.
Y de esta última obviamente emerge una gran parte de la violencia, por eso “el grito al cielo” de los magnates mexicanos y extranjeros obligados a pagar impuestos como nunca lo habían hecho.
Finalmente, quien gane las elecciones presidenciales en Estados Unidos, el próximo cinco de noviembre, estará obligado a continuar asumiendo el peso de la responsabilidad que le corresponde a esa nación. Pues una gran parte de la desgracia de los muertos de México se genera desde el exterior.
EN TAMAULIPAS CIRCULA UNA LISTA EN REDES, PERO NO CIRCULA ARRIBA
Se dice que la lista que anda circulando en redes sociales, de personajes que presuntamente irán al gabinete de Américo Villarreal Anaya, poco tendría que ver con las verdaderas decisiones que a la hora de la hora determine el Gobernador del Estado.
Tómese en cuenta que en esta entidad “confluyen varios Tamaulipas”, es decir, diversos intereses que harán lo que sea con tal de ser considerados en puestos de poder. Sin embargo, los círculos viciosos ya no coinciden, tanto aquí como en el nuevo poder presidencial.
¡Feliz miércoles!
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