México es un país que ha registrado y vivido de todo, desde huracanes, desastres naturales, sismos, terremotos, prolongadas sequías, inundaciones, crisis financieras, desastres económicos hasta copas del mundo, Fórmula 1 Gran Premio de México y Cumbres Mundiales, pero lo más sobresaliente es su clase política, que por años ha saqueado y robado al erario público, lo que ha provocado el desencanto y la desconfianza de los mexicanos.
Desde regidores, alcaldes, gobernadores hasta presidentes de México se han aprovechado de sus cargos para beneficiarse de estos, haciendo mal uso de las finanzas públicas en contubernio con empresarios, banqueros, familiares, amigos y palomilla de rufianes que han utilizado la política como modus vivendi para enriquecerse a través de la confianza y apoyo que le han otorgado por décadas los mexicanos.
Por años y décadas los mexicanos hemos sido sujetos de una gran decepción de gobiernos municipales, estatales y federales que han lucrado con los dineros de los ciudadanos producto de pagos de impuestos y servicios, lo que ha provocado inflaciones y severas crisis nacionales en la que la población ha sido la afectada, principalmente los más vulnerables.
Los mexicanos aún no olvidan el gran robo a la nación constituido a través del Fondo Bancario de Protección al Ahorro, fondo de contingencia creado en 1990 por el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, a fin de enfrentar posibles problemas financieros extraordinarios, protegiendo a los ahorradores bancarios.
Después de la severa crisis sexenal de 1994, que presidió Salinas y que causó la devaluación del peso durante los primeros días del gobierno de Ernesto Zedillo Ponce de León y para hacerle frente a los estragos de la misma, en el año 1995 el entonces presidente de México, Ernesto Zedillo, puso en marcha la creación del fondo y su gobierno terminó comprando la deuda de los bancos por el monto de 552 mil 300 millones de pesos.
Con esta acción de gobierno, se descubrió que algunos de los bancos beneficiados estaban involucrados en casos de fraude, evasión fiscal y malas prácticas por parte de algunos empresarios, banqueros y políticos.
La deuda y la insolvencia bancaria fue incosteable al grado de que el Fondo tuvo que encargarse de asumir la cartera vencida de los bancos, empresarios y políticos que se beneficiaron de estos dineros, lo que acumuló una deuda de 552 mil 300 millones de pesos, equivalente al once por ciento de toda la economía mexicana en esa época.
Ese monto de la deuda se convirtió en deuda pública en 1999 y hasta el día de hoy todos los mexicanos continuamos pagando con nuestros impuestos.
Desafortunadamente, el abuso de confianza y el mal manejo de los recursos públicos por parte de los políticos se ejerció de manera irresponsable, sin ninguna pena y vergüenza, ahí tenemos los casos más recientes como la compra majestuosa del avión presidencial de Enrique Peña Nieto.
Y sus excesos, del 2013 al 2018 en su sexenio, incurrió en gastos de operación de alimentos y utensilios por 35 mil 678 millones 637 mil 962 pesos.
Y sí de abusos hablamos no podemos olvidar la vida de lujos y bonanza de César Duarte Jáquez, que logró amasar propiedades majestuosas como sus ranchos con una extensión de dos mil 344 hectáreas, con ganado pura sangre y de registro, entre 900 y mil 500 cabezas de ganado de razas Angus, Brangus y Charoláis, reconocidas a nivel mundial, así como animales exóticos.
Otro de los políticos mexicanos que sobresalen con malas prácticas, no podemos olvidar a Javier Duarte de Ochoa, ex gobernador de Veracruz que disfrutó el poder con lujos y abundancia, con majestuosos ranchos, casas, mansiones, departamentos, obras de arte, todo distribuido en distintas ciudades como Querétaro, Veracruz, Ciudad de México y el extranjero en España, Costa Rica y Estados Unidos.
La Procuraduría General de la República (PGR) le aseguró 112 cuentas bancarias, cinco empresas y cuatro propiedades que presuntamente pertenecen a Duarte, así como a familiares, amigos y ex servidores públicos que hoy son buscados.
Y sí continuamos con estos episodios escandalosos del mal uso del manejo de los recursos públicos en México, está el de Vicente Fox Quezada, cómo olvidar su primer año de mandato, en el que el señor le gustaba vivir con lujos en la residencia oficial de Los Pinos, y se puso a comprar toallas de baño con costos de 402 dólares la pieza, trinchadores de tres mil, 800 dólares cada uno, percheros de mil, 200 dólares cada uno, cortinas a control remoto de 17 mil dólares; así como una cama con una costosa cabecera, lámparas, sofás, copas, manteles rectangulares y otros bienes con un valor superior a los cuatro millones de pesos.
Se estima que Fox gastó en ese caprichito más de nueve millones de pesos para remodelar algunas habitaciones ubicadas sobre los jardines de la residencia oficial de Los Pinos, que fue conocido como el ‘Toallagate’.
El derroche, la corrupción y el mal manejo de los recursos públicos han afectado a los mexicanos y al país, el Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB) heredó la deuda del Fobaproa en 1999 y al año 2020 el pago anual del Fobaproa fue de 43 mil millones de pesos, la cantidad es casi 22 veces el presupuesto de 2023 de la Secretaría de Educación, es decir, 945 mil millones de pesos.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) hasta diciembre de 2021 la deuda del Fobaproa que se compone de los pasivos del IPAB y del programa de apoyo a deudores de la banca, alcanzó un billón 040 mil 507 millones de pesos, suma que sigue cubriéndose por los contribuyentes.
Según analistas financieros nacionales e internacionales cada mexicano debe alrededor de seis mil 490 pesos tan sólo por el rescate bancario.
Y hasta la fecha los empresarios, banqueros y políticos que afectaron el patrimonio económico mexicano y se beneficiaron de este fondo en su mayoría están vivos, libres y activos en política.
Mientras que gobernantes y servidores públicos que se han beneficiado del erario público en sus localidades, regiones y entidades, algunos se encuentran prófugos, pocos en prisión y otros escondidos en Europa y Estados Unidos.
Cabe destacar, que el político en México siempre se ha preocupado por mostrar una imagen de persona capaz, eficiente y preparada para gobernar, pero al presidir sus encomiendas decepciona a la ciudadanía y el sentir y opinión de la población es contraria a lo que se percibía.
Las políticas públicas nefastas, los malos gobiernos, la pérdida del poder adquisitivo, inflaciones, devaluaciones, la corrupción incurrida por funcionarios del pasado, por sus amigos y sus familias han hecho que generación tras generación de mexicanos hayan perdido la confianza y la credibilidad.
“De vez en cuando di la verdad para que te crean cuando mientes”: Jules Renard.
Así las cosas…
Y usted, ¿qué opina?
Nos vemos en la próxima.