noviembre 21, 2024
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José Inés Figueroa Vitela

Política ficción

mayo 19, 2023 | 622 vistas

José Inés Figueroa Vitela.-

Mínimo, habrían incrementado su vocabulario, si hubieran asistido los panistas a la firma de Convenio de Colaboración entre el Gobierno del Estado y la Secretaría de la Función Pública federal.

“La abierta deshonestidad, el cinismo con el que se saqueaban las arcas públicas y la descomposición provocada por niveles nunca vistos de corrupción; que penetraron de forma generalizada las dependencias y entidades de la Administración Pública Estatal”.

Así definió el estado de cosas previo a su elección, que generaron el malestar ciudadano hecho reclamo, adoptado para comprometerse y echar a andar un cambio profundo del sistema público, restituyendo los órganos de control interno y animando el establecimiento de comités de ética.

Principios, valores, disciplina, profesionalismo, respeto, trato digno y cordial a toda persona, probidad, honradez, rectitud, lealtad, al estado y la sociedad, imparcialidad, transparencia, rendición de cuentas, máxima publicidad.

Todo eso, que fue letra muerta durante el pasado sexenio, hoy son premisas del ejercicio público, bajo el mandato del doctor VILLARREAL ANAYA, como ayer quedó refrendado en el evento con la cúpula de la fiscalización pública nacional.

Si los panistas hubieran ido, decía, al menos habrían sabido de la existencia de tales vocablos.

Imagínese, que los delincuentes, rescoldos del tortuoso pasado sexenal panista, gritan, insultan, descalifican, agreden, a quienes andan ocupados de reparar todos sus entuertos.

Esa escena de tragicomedia se repitió ayer en la sesión plenaria del Congreso local, cuando el acusado de desviar decenas de millones de pesos desde la dirección estatal del deporte, CARLOS FERNÁNDEZ, pretendió argumentar en contra de que se exhorte a la Fiscalía General de Justicia del Estado a investigar el desempeño y posibles faltas graves del Fiscal Anticorrupción.

Con esa facilidad que tiene para confesar delitos, el tal RAÚL RAMÍREZ CASTAÑEDA, en las vísperas, a través de redes sociales declaró que el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera lo acusa de “sacar unas cosas” de esa dependencia, en venganza por haber defendido al exgobernador, de quien era colaborador, cuando fue alcalde.

En principio la denuncia de RAÚL HERNÁNDEZ CHAVARRÍA fue “contra quien resulte responsable” -¿por qué se puso el saco?- y enseguida, esa confesión de subordinación le hacía inelegible al cargo de Fiscal Anticorrupción.

Pero no fueron esas confesiones de parte las que animaron la promoción legislativa que estaba a debate durante la sesión plenaria de ayer en el Congreso local.

Claro, CARLOS FERNÁNDEZ no quiere que molesten al Fiscal Anticorrupción, como no quiere que lo hagan sus compañeros diputados y diputadas panistas, quienes igual subsisten al cobijo de la impunidad brindada por aquel.

Con singular cinismo y desbordado entusiasmo, gritaban a favor de la “defensa” y en contra los requerimientos, el MOYO de las notarías, la esposa del de los seguros apócrifos y la IMELDA hija del ex alcalde de Nuevo Laredo, donde está a juicio la aplicación de los presupuestos del trienio pasado.

Todo lo que queda de la bancada panista en el Congreso local, de manera directa, a través de sus cónyuges o protegidos, de alguna manera se vio salpicada de la podredumbre del pasado sexenio y de ahí su interés por la opacidad.

Como quiera, la diputación morenista y sus aliados de Movimiento Ciudadano, así como la fracción de la digna diputación sin partido, sorteando la alharaca azul, aprobaron la excitativa, ahora puesta en la cancha del Fiscal General, para ver de qué está hecho.

Ya sabemos que como él, también la mayoría de los magistrados del Supremo Tribunal de Justicia, del Presidente para abajo, fueron puestos por el ex gobernador de entre incondicionales y subordinados, para cubrir la huida, pero igual la autonomía, con que se llenan la boca los panistas, nunca ha sido un coto de impunidad.

El torvo Fiscal Anticorrupción es apenas la primera ficha en el tablero de las impunidades, heredadas por el exgobernador de triste memoria, en el que al final de la fila se encuentra precisamente él, en herida abierta y grave afrenta a los tamaulipecos todos.

En la misma sesión de ayer, los diputados por mayoría -con una resistencia panista cada vez más debilitada-, aprobaron otra reforma a la Ley interna del propio Congreso, para que todos los servidores públicos sean sujetos del llamado a cuentas.

Igual el coordinador de los azules pretendió meterle un acotamiento a la promoción morenista, para que los funcionarios acudieran al llamado legislativo, según su voluntad e igual, la respuesta a las preguntas que les hiciera fuera “si quieren”.

O sea, la rendición de cuentas a la carta, para los propios, y en defensa de ello, reclamar del Gobierno federal que según ellos no haga, lo que en efecto, no se hizo durante los seis años anteriores en que su partido fue gobierno en Tamaulipas.

Opacidad, violencia, latrocinios, desvío de recursos, despojo de particulares, saqueó del presupuesto, una larga lista de delitos en los que estuvieron implicados muchos de los diputados panistas sin vergüenza.

Y aparte ponerse dignos, críticos, gritones y reclamantes.

Dígame si eso no es política ficción.

En el Congreso local sigue “atorado” el tema de retirarle los escoltas, armas, vehículos blindados y demás pertrechos para la seguridad personal del exgobernador, su familia y sus amigos, los dos últimos secretarios generales de gobierno.

Solo porque los panistas acomodaron la protección (que ellos quitaron a los anteriores gobernadores en cuanto asumieron el gobierno y la mayoría en el congreso, hace siete años), de modo tal que se requiera las dos terceras partes de los votos para modificarlo.

Es decir, con un tercio de los escaños -que mantienen con tres diputadas “pirateadas” a Morena con recursos de sospechosa procedencia-, pretenden tener el control de toda la legislatura y los derechos de los tamaulipecos.

Cosa que igual están a punto de perder, aun conservando a las deshonestas legisladoras que llegaron al escaño con el voto morenista, solo para vender dignidad e interés popular.

Con su pan se la seguirán comiendo

Durante la plenaria de ayer, segunda de la semana, se hicieron dos minutos de silencio; uno por la muerte de un policía federal en la campaña de persecución de grupos proscritos en el norte del estado y otro por los casi 80 muertos en accidentes carreteros en lo que va del año.

Sobre esto último, el priista EDGAR MELHEM propuso un exhorto para que la Guardia Nacional de Caminos meta en orden a los transportistas, provocadores de la mayoría de las tragedias y a la Guardia Estatal “se le den dientes” para concurrir en ello.

Aparte, su servidor y familia nos unimos a la pena de la orden de las Discípulas de Jesús, por el sentido fallecimiento de su fundadora, R.M. ISABEL DE LA CRUZ CRESPO RUIZ, tamaulipeca que animó un gran movimiento internacional, piadoso y solidario.

Siempre agradecidos con todas sus oraciones y el servicio que lideró en favor de los más necesitados, nos conforta saber que hoy goza de la presencia del Señor.

EN PAZ DESCANSE.

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