Rogelio Rodríguez Mendoza
LA LISTA FINAL.- Inició el registro de aspirantes a jueces y magistrados del Poder Judicial de Tamaulipas, y la duda, o morbo, no es cuántos, sino quiénes se habrán de registrar.
Habrá candidatos de sobra, porque cada uno de los poderes públicos (el Judicial, Legislativo y Ejecutivo), ha estado “invitando” a su personal a darse de alta en la plataforma digital.
De esa manera, terminarán contándose por cientos o miles los aspirantes que se registrarán antes del 20 de diciembre, cuando concluya el plazo para ese efecto.
Sin embargo, hay que decir desde ahora que la gran mayoría de los aspirantes registrados solamente irán a hacer “bola”, porque no tendrán la mínima posibilidad de resultar electos.
No la tendrán, primero porque muchos incumplen requisitos (sobre todo el de cinco años de experiencia en el ejercicio del Derecho), pero también porque no les interesa el cargo; y segundo, porque al final serán cada uno de los Poderes quienes harán las postulaciones respectivas de quienes serán sus candidatos para cada asiento en disputa, en función del listado que les entreguen sus comités de evaluación.
De hecho, cuando se haga esa lista final, en función de los nombres que aparezcan en ella habrá señales muy claras de quienes terminarán electos. A partir de ahí se podrá adivinar quienes terminarán ganando la elección, sobre todo para los cargos de magistrados y magistradas, que son los que verdaderamente interesan en las jerarquías del poder
Doble contra sencillo a que, así será.
PRIMERO LOS JUECES.- A propósito, ojalá que a la hora de las postulaciones de sus candidatos, los Poderes Públicos decidan privilegiar a los jueces que ya están en funciones.
De esa manera, el Estado habrá cumplido con el mandato constitucional que lo obliga a reformar su Poder Judicial, sin hacerle daño al sistema de impartición de justicia.
¿Dónde podrá el Estado encontrar mejor experiencia y capacidad para impartir justicia que en quienes llevan años y años ejerciendo esa tarea?
Y es que, esa narrativa del discurso oficial de que la reforma al Poder Judicial busca acabar con la corrupción, carece de sustento, sobre todo porque nadie ha mostrado ninguna medición sobre ese mal.
Además, ¿cómo se garantizaría que los nuevos jueces no terminen corrompiéndose?
No. El verdadero problema del sistema de impartición de justicia no está en la deshonestidad de los jueces, sino en la insuficiencia de personal, que durante los últimos años ha estado rebasado por el número de asuntos que ingresan cada año.
Entonces, si la intención es hacer funcional y eficaz la administración de justicia, lo que se requiere es una mezcla de capacidad de quienes ejercen esa tarea, pero también un mayor presupuesto para crear más juzgados y fortalecer los ya existentes.
Eso y nada más.
LA OBRA ICÓNICA.- Las señales son más que claras de que la segunda línea del acueducto “Guadalupe Victoria”, terminará siendo la obra icónica del gobierno del doctor, Américo Villarreal Anaya.
Primero, porque la presidenta, Claudia Sheinbaum, confirmó, recientemente, que habrá presupuesto para la obra, y segundo porque el secretario de agricultura estatal, Raúl Quiroga Álvarez, acaba de anunciar que los trabajos iniciarán en enero próximo. O sea, ya.
Hay otro factor que estaría influyendo para que el acueducto sea la obra que identifique al gobierno de Villarreal Anaya: que la primera línea del “Guadalupe Victoria”, fue construida por su padre, el ingeniero, Américo Villarreal Guerra.
Por supuesto que los más beneficiados serán los victorenses, porque la segunda línea del acueducto pondrá fin al tormento, o pesadilla, al que se enfrentan en cada verano, con el desabasto generado por la insuficiencia de la infraestructura hidráulica o bien por las constantes fallas o fugas del sistema.
Ojalá así sea.
ASÍ ANDAN LAS COSAS.