Mauricio Zapata
Uno de los problemas de salud más alarmantes en Tamaulipas es la obesidad infantil.
No es novedad; desde hace años, especialistas han advertido sobre sus consecuencias, pero el problema sigue creciendo como si nadie hiciera nada.
O, mejor dicho, como si todo se quedara en el papel.
Ahora, las autoridades han anunciado un nuevo programa para combatir la obesidad en niños y adolescentes.
Suena bien, y ojalá que estas iniciativas no se quedan en discursos, sino que sea un verdadero impacto a largo plazo.
No será suficiente poner en marcha un programa con talleres de alimentación y activación física en las escuelas.
Se trata de que haya un seguimiento real, un cambio en los hábitos de vida y, sobre todo, una cultura de salud que involucre a familias, escuelas y gobiernos.
De nada sirve repartir trípticos con consejos de nutrición si en las casas se sigue tomando coca, exceso de harina y mucho pan.
El sobrepeso en la infancia no es un tema menor.
Es la antesala de enfermedades crónicas como diabetes e hipertensión, que además de afectar la calidad de vida de los niños, colapsan el sistema de salud en el futuro.
Tamaulipas está entre los estados con mayores índices de obesidad infantil y, en lugar de bajar, las cifras siguen en aumento.
Por eso, si el nuevo programa de salud es serio, debe ir más allá de la teoría. Se necesita vigilancia estricta en los entornos escolares, regulación real en la venta de comida chatarra, campañas permanentes de concientización y apoyo a las familias para acceder a alimentación saludable.
Porque sí, comer bien también es un tema de economía y accesibilidad.
No podemos permitir que esta sea solo otra estrategia pasajera. Si las autoridades realmente quieren hacer la diferencia, deben garantizar que el programa tenga continuidad, resultados medibles y acciones concretas. La salud de nuestros niños no puede depender de modas políticas.
Necesitamos políticas públicas con visión de futuro, no simples buenos propósitos.
EN CINCO PALABRAS.- Necesitan darle todo el seguimiento.
PUNTO FINAL.- “Nada es definitivo, solo la inconsistencia”: Cirilo Stofenmacher.
X: @Mauri_Zapata
