Por Mauricio Zapata.-
Hace un par de años, comenzó el activismo de cara al proceso para
renovar la gubernatura de Tamaulipas.
Vimos a mujeres y hombres (más hombres que mujeres) acercándose
al pueblo, comportándose como humildes ciudadanos y preocuparse por lo
que acontecía en esta entidad.
Conforme avanzaban los meses, eran muy activos en sus redes
sociales y en los medios de comunicación tradicionales.
Pasaban los días, las semanas y lo meses y se iban descartando
muchos nombres hasta que quedaron tres.
Esos tres se disputaron durante el año pasado el gobierno del estado
hasta que ganó uno que es el que ya gobierna.
Pero, ¿qué pasó con esos nobles y humildes tamaulipecos que
decían amar a la entidad más que a su propia vida?
Muchos, la mayoría, desparecieron del plano político.
Por ejemplo, tenemos a un Rodolfo González Valderrama, quien se
mimetizó en López Obrador, comía garnachas en las carreteras y viajaba en
autobús de línea comercial. Se boleaba con el bolero más humilde. Y se
sacaba fotos con la gente pobre.
No quedó como candidato y ya no se sabe más de él.
Está Héctor Garza González, el famoso ‘Guasón’. Un político que
venía cada fin de semana venía a Tamaulipas; apadrinada estudiantes;
jugaba bingo en colonias pobres y comía tamales y coca-cola con quien lo
invitara. Ahora ya no se sabe nada de él. Ya se olvidó de los pobres y de
sus compromisos.
No quedó como candidato y ya no se sabe más de él.
Alejandro Rojas Díaz-Durán. Un tipo que peleó para que lo
consideraran tamaulipeco apelando a que sus abuelitos eran de estos
rumbos. No paraba de hablar. Aquí estaba casi de manera permanente.
Desde hace mucho que no se para por su ‘queridísimo’ Tamaulipas.
No quedó como candidato y ya no se sabe más de él.
Hay otros que pelearon la designación, pero bueno, ellos de alguna
manera son de acá y se mantienen vigentes, ya sea como legisladores o
hasta funcionarios del actual gabinete.
De ellos no decimos nada.
Por el PAN, están igual que éstos últimos. Me refiero a un alcalde y a
un senador. Siguen en sus puestos. Quien fue el candidato vencedor y
candidato perdedor, pues es natural que no aparezca en el plano.
De los primeros personajes, se cuestiona su incongruencia e
hipocresía. Por eso la gente no cree en los políticos en general.
EN CINCO PALABRAS.- Ni por el vuelto volvieron.
PUNTO FINAL.- “Se cubren el rostro con la máscara de la
postverdad”: Cirilo Stofenmacher.
Twitter: @Mauri_Zapata